En medio del juicio que se sigue por el hundimiento del submarino ARA «San Juan», ocurrido el 15 de noviembre de 2017, se conoció que el gobierno trasandino, encabezado entonces por Mauricio Macri, y el propio alto mando naval del vecino país, conocían la ubicación del buque al menos desde el 5 de diciembre de 2017, esto es, 20 días después de su desaparición. El Cabo de Hornos de la Armada de Chile el 27 de noviembre de ese año ya estaba trabajando en el área de búsqueda del desaparecido sumergible.

El día 3 de diciembre de 2017 Infogate.cl informaba: «La Armada Argentina informó esta mañana que trabaja para determinar si un “contacto” a 950 metros de profundidad corresponde al submarino ARA San Juan, desaparecido en el Atlántico Sur hace 18 días con 44 tripulantes a bordo. El contacto detectado por el Cabo de Hornos de la Armada de Chile es uno de los 3 indicios que aún falta corroborar, luego de que la semana pasada se detectaran 6 señales significativas en el fondo del mar».

La posición la reveló el buque científico perteneciente a la Armada de Chile, el AGS-61 «Cabo de Hornos», pero la información fue minimizada y luego desestimada por el mando naval argentino y el gobierno el vecino país, reconoce ahora tardíamente el almirante trasandino.

AGS-61 «Cabo de Hornos».

Así lo dijo ante la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia el contralmirante retirado Luis Enrique López Mazzeo, excomandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada y uno de los imputados en la causa por el hundimiento del submarino, declaración que causó profundo malestar entre los familiares de los tripulantes fallecidos y los abogados querellantes que los representan.

López Mazzeo declaró ante el tribunal que “cuando usted vea toda la documentación, se va a dar cuenta de que nosotros, cuando tuve que firmar el mensaje más doloroso en toda mi carrera que fue el cierre del caso SAR (por la búsqueda y rescate) teníamos detectada la posición del submarino y por eso habíamos coordinado con la Marina Británica el 5 de diciembre (de 2017) el pedido de un vehículo autónomo, porque sabíamos que podía estar únicamente en dos cañadones, que era lo que no podíamos verificar con todos los medios internacionales requeridos”.

Es la primera vez que se reconoce públicamente que el “contacto” que a través del sonar (sonido, no imágenes) realizado por el buque chileno pertenecían al ARA San Juan, según señala el medio trasandino Infobae, información que ha sido recogida profusamente al otro lado de la cordillera.

Personal del Cabo de Hornos durante la búsqueda.

El posible hallazgo del submarino los primeros días de diciembre de 2017 se vio reflejado en la prensa y en la propia armada trasandina en ese momento, que reprodujo las declaraciones del Capitán de Navío César Miranda, comandante del «Cabo de Hornos», quien señaló entonces que “en el marco de las incesantes labores y de los múltiples contactos establecidos, realizamos un hallazgo de un objeto a 940 metros de profundidad a través de los ecos del buque. Aún resta que la Armada Argentina, con apoyo del buque ruso Yantar y un robot submarino, precise la naturaleza del objeto detectado, pero de todas formas estamos orgullosos del largo y sacrificado trabajo efectuado para apoyar a un país amigo”.

El Yantar efectivamente exploró la zona. La Marina Rusa nunca comunicó los resultados en la amplia zona que barrió. Por su parte, la Armada Argentina aseguró que ninguno de los “contactos” detectados por el Yantar o el Cabo de Hornos eran del ARA «San Juan».

De hecho, el capitán Enrique Balbi, por entonces vocero de la Armada, descartó esa posibilidad, señalando ese mismo 5 de diciembre en conferencia de prensa que “no hay mayores novedades”, respecto de la búsqueda del submarino. Y agregó que “en estos momentos se encuentra inspeccionando ese objeto o alteración de fondo, que puede ser metálico o no metálico, que detectó hace unos días el buque oceanográfico «Cabo de Hornos» de la Armada de Chile y que se encuentra a 940 metros”.

Balbi también explicó que el objeto tenía solo 30 metros de largo y que el ARA San Juan tenía una dimensión mayor.

Restos del ARA «San Juan».

Sin embargo, las palabras de López Mazzeo ponen en duda esas afirmaciones y aviva las especulaciones que detrás de la posterior búsqueda del submarino, existió un posible negocio económico.

De hecho, el anuncio del hallazgo del ARA San Juan, el 17 de noviembre de 2018, despertó en su momento suspicacias, sobre todo porque el buque Seabed Constructor dejó para su último día de rastrillaje la zona que había señalado un año antes el buque Cabo de Hornos y que las Armadas de Reino Unido y los Estados Unidos habían aconsejado explorar en profundidad.

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