Una columna de Mary Anastasia O’Grady publicada en diario estadounidense Wall Street Journal metió “susto” a una semana de efectuarse el plebiscito que llevará a cambiar la Constitución creada en dictadura o mantenerla, dependiendo de la opción que gane el próximo domingo 25 de octubre, advirtiendo que de aprobarse un cambio constitucional sería una “misión suicida” que provocaría mayor pobreza, más corrupción y menos libertad.

De esta forma, el conservador medio norteamericano señala que “es probable que una nueva Constitución haga al país más pobre, más corrupto y menos libre«, la cual fue escrita por Mary Anastasia O’Grady, la misma que se inclinó defendiendo al mandatario brasileño Jair Bolsonaro.

Bajo el título «La Misión Suicida de Chile«, la editora del medio plantea que «de todos los esfuerzos para explicar por qué Chile está en la cúspide del suicidio político y económico colectivo, esta obviedad tiene más sentido”.

Es así como la editora del medio señala que el proceso se iniciaría con la victoria de la opción “Apruebo”, mencionando que en este caso sería un “desastre”, ya que una nueva Carta Magna culminaría con un modelo de capitalismo democrático que “permitió reducir la pobreza en el país del 70% en 1990 hasta el 10%, en poco menos de cinco décadas”.

En ese sentido, Mary Anastasia sostiene que “es difícil entender por qué existe un respaldo popular para hacer estallar un sistema que ha tenido tanto éxito«.

Asimismo, la periodista arremete contra Michelle Bachelet, expresidenta chilena y actual alta comisionada para los DDHH de la ONU, afirmando que una de las causas que provocaría el alto apoyo a una nueva Constitución sería la lentitud económica que tuvo la exmandataria en su segundo Gobierno en donde hubo impuestos más altos y una fuerte regulación.

Sin embargo, esto no sería el único motivo, ya que “sin duda, fuertes dosis de adoctrinamiento marxista en las universidades chilenas y la ‘igualdad’ de ingresos de los intelectuales y los medios de comunicación han inclinado al país hacia la izquierda”, mencionando que existe un descontento generalizado en la población que le atribuye a la exjefa de Estado.

“A medida que la población ha mejorado, aunque dañada por el estancamiento económico provocado por la Sra. Bachelet, también se ha enojado más«, añade y que «muchos chilenos parecen creer que una nueva Constitución arreglará las cosas, al estilo de la Venezuela de Hugo Chávez de principios de la década de 2000. La analogía no es perfecta, pero, como observó Mark Twain sobre la historia, rima«.

Mary Anastasia también plantea que a pesar de que el proceso constitucional cuenta con una amplia mayoría ciudadana, “los chilenos seguramente se sentirán decepcionados si el objetivo es un nivel de vida más alto y mayores oportunidades«.

Y menciona que «la nación tendrá suerte si termina el ejercicio a la par del empobrecido estado benefactor argentino«.

Además, sostiene que la nueva Carta Magna buscará satisfacer el clamor populista por la justicia social y aumentando el poder monopolista del Estado para poder distribuir la riqueza.

«A menos que los chilenos demuestren ser excepcionales en su capacidad para evitar esta tentación, espere un documento que se lea como una letanía de aspiraciones inalcanzables«, afirma.

Finalmente, la periodista lleva a un nivel aún más extremo, ya que plantea que el texto final de una nueva Constitucional podría moderar la situación en el país, sin advertir que si la versión final de la Carta Fundamental será aprobada por dos tercios de la convención, hay una muy elevada probabilidad que “la nueva Constitución sea un desastre incoherente«.