La pobreza continúa aumentando en este periodo de pandemia en Argentina, ya que se elevó a un 40,9% de la población en el primer semestre de este año, con un 10,5% en nivel de indigencia, uno de los peores registros en la historia de este país.
De acuerdo a lo informado por el estatal Instituto de Estadísticas (Indec), al cierre de 2019 la tasa de pobreza había sido de 35,5% y la indigencia de 8%.
En la comparación interanual, la cantidad de personas bajo la línea de la pobreza aumentó 5,5 puntos porcentuales, y en indigencia 2,8 puntos porcentuales. En cuanto a los grupos de edad, un 56,3% de las personas entre 0 y 14 años son pobres. Con estas cifras se calcula que 18,5 millones de argentinos son pobres y 4,7 millones son indigentes.
«De a poco se va aproximando a la mitad de la población que no está en condiciones de cubrir con sus ingresos una canasta básica de consumo imprescindible. Eso es muy preocupante porque tiene muy alto porcentaje de niños y adolescentes«, dijo el economista Ricardo Aronskind.
Para el primer semestre de este año, el ingreso total familiar mensual promedio de los hogares pobres fue de 25.759 pesos (unos 320 dólares al tipo de cambio oficial), pero la canasta básica alcanzó 43.785 pesos (unos 545 dólares), una brecha de 41,2%, según el Indec.
«Es una situación muy parecida a lo que vivimos en 2001 y 2002«, cuando Argentina vivió su peor crisis, añadiendo que «ya se están haciendo políticas públicas para aplacar el problema, pero va a requerir un esfuerzo muy grande para que retroceda la pobreza”.
«El gobierno deberá hacer dos tipos de políticas: una de fuerte estímulo a la producción, sobre todo a las actividades que demandan mucho empleo, y transferencias directas de ingresos a la población«, añadió.
Argentina cuenta con una inflación de más de 40% anual, estando en recesión desde 2018 y la pandemia del COVID-19 ha golpeado duramente a su economía y el Fondo Monetario Internacional calcula que cerrará este año con una contracción de 9,9% del Producto Interno Bruto (PIB).