Un sistema que hasta el momento ha sido para una minoría, está experimentando cambios gracias a la instalación de aplicaciones tecnológicas, que hacen más asequibles este modelo. Sin embargo, aún quedan desafíos pendientes: Cobertura, seguridad, beneficios, extensión territorial y atención primaria, y principalmente los costos, que deben ser igual o incluso menor, que los de una atención presencial.

La Telemedicina partió como un servicio de elite y se hizo cada vez más necesaria producto de la pandemia. Hoy, gracias a la utilización de servicios cloud, APIs tecnológicas para integrar servicios y el manejo de datos encriptados, se ha permitido su democratización.

Y las cifras lo demuestran. Según datos entregados por las Isapres, si a comienzos de marzo las consultas por telemedicina eran de solo 133, cinco meses más tarde, en agosto, ya superaban las 130 mil. Un crecimiento que lleva a pensar que la telemedicina se trata de un servicio que llegó para quedarse y los más entendidos creen que podría implicar el 30% de las consultas post-pandemia.

Sin embargo, uno de sus grandes problemas, es el costo que implica una consulta de este tipo, puesto que los centros médicos y clínicas se vieron obligados, de un día para otro, a instaurar la atención, sin que estuvieran integrada al sistema de bonos, cobrando particularmente y a precios muy elevados.

Los representantes de ApiService, empresa dedicada a la instalación de aplicaciones en diversas empresas y rubros, para modernizar los servicios, señalan que durante los meses de pandemia, han estado trabajando en cómo resolver el tema de las bonificaciones de telemedicina, creando productos digitales que permite agregar estas prestaciones nuevas, logrando una democratización y un acceso general al servicio.

“En marzo, cuando inició el confinamiento, las clínicas y las Isapres no tenían inserto en el sistema estas prestaciones de telemedicina para poder bonificarlas. Es así como hubo casos en los que apostaron por crear un modelo que cobraba un valor cercano a los 25 mil pesos, para ser más asequibles, pero ganando menos. La mayoría tenía precios sobre los 30 o 40 mil pesos por una atención de medicina general, lo que hacía inalcanzable el servicio para todos. Hoy esto está cambiando gracias a la tecnología, y en el mundo privado hemos visto que el cambio se ha acelerado, con actores digitales nuevos, adoptando tecnología digital que acelera el uso de la telemedicina, logrando una cobertura más amplia”, explica Eugenio Diaz, Digital Consulting Director de ApiService, que su estructura de costos tiene que ser una de las más eficientes. 

Cuando comenzó la pandemia, señala el experto, la caída de las consultas presenciales fue de un 70%, lo que obligó a todos a tomar medidas. Es así como Fonasa comenzó a bonificar prestaciones de telemedicina, algo que hubiera demorado más en tiempos normales. Las Isapres por su parte comenzaron a ofrecer convenios y prestaciones con ciertas garantías y reducción de aranceles, para promover este modelo.

“El formato Imed tradicional, donde vas a la clínica y pones tu huella y compras un bono, en telemedicina no existe. Las Isapres se están adecuando a eso para ofrecer prestaciones de manera directa. Este escenario pandémico no solo ha acelerado la telemedicina, también las coberturas de estas prestaciones y el modelo, algo que llegó para quedarse. El gran salto ahí ha sido la interoperabilidad de datos, que era una gran deuda en el mundo de la salud. Durante muchos años se habló mucho y se hizo muy poco y en pandemia se hizo mucho y habló poco”.

Los avances, señala el experto, radican en la interoperabilidad, los servicios cloud, uso de APIs, para integrar servicios, para asegurar información y también el manejo de datos encriptados. “Mucha tecnología que viene del mundo digital de las aplicaciones modernas, que resuelven la interoperabilidad y que se convierten en un gran diferenciador”.

LOS DESAFÍOS

Aun cuando hubo grandes avances, todavía hay muchos desafíos pendientes en telemedicina. Así lo señala Eugenio Diaz, que a través de su empresa ApiService ha trabajado con Isapres y centros de salud para mejorar el servicio.

Facilitar y democratizar el acceso, para que todos puedan contar con una atención de telemedicina.

Coberturas: Desde el punto de vista de las coberturas, que estas sean incluso mejor que una atención física, por lo que, para que se sustente en el tiempo, se tiene que resolver muy bien la bonificación. Es decir, que si una persona va al psicólogo, nutricionista o a un dermatólogo, que cuando haga la cita, pueda usar la cobertura de tu Isapre, o seguro médico y que el costo de bolsillo sea igual o mejor que una atención física.

Seguridad: Hoy las Isapres tienen resuelto el tema de la identificación de identidad y hay que lograr extender esta verificación de identidad, a todo el sistema, un desafío digital importante para la telemedicina.

Beneficios: Lograr que los beneficios que ofrecen las Isapres, para las atenciones presenciales, se extiendan a la telemedicina. Por ejemplo, utilizar todas las coberturas y excedentes.

Extensión territorial: La telemedicina entrega la posibilidad de atender a pacientes que geográficamente están más alejados. Es así, que uno de los desafíos de la telemedicina es dar cobertura a lugares del país donde sus habitantes no tienen acceso a especialistas.

Atención Primaria: El desafío en esta área es dar una gran cobertura y convertirse en una solución definitiva para las listas de espera.

Para más información sobre el uso de APIs y de tecnología tanto en el área de salud como en otros negocios, ingresa a www.apiservice.cl

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