El Secretario General de las Naciones Unidas condenó la continua escalada de violencia entre Armenia y Azerbaiyán en la zona de conflicto de la provincia Nagorno-Karabaj, recordando a todas las partes sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario de proteger a los civiles al igual que la infraestructura civil, señala la ONU en una nota oficial publicada este martes.
Pero de paso, la ONU también reafirmó lo que el Gobierno de Bakú ha sostenido de manera reiterada: El territorio en disputa pertenece legalmente a Azerbaiyán pero está bajo control armenio. La línea de contacto se fijó en los acuerdos de paz de 1994 tras una sangrienta guerra entre ambas naciones que comenzó coincidiendo con la disolución de la Unión Soviética al inicio de la década de los noventa.
“António Guterres está muy preocupado por los informes del aumento de las hostilidades, incluidos los ataques a zonas pobladas», aseguró este martes su portavoz, Stéphane Dujarric.
Guterres también subrayó que no existe una solución militar al conflicto e instó a las partes a que cesen inmediatamente todas las hostilidades.
“[El Secretario General] Hace un llamamiento a todos los actores regionales e internacionales relevantes para que ejerzan activamente su influencia con el fin de lograr un fin urgente de los combates y volver a las negociaciones bajo los auspicios de los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa”, añadió Dujarric.
Según informaciones de prensa, ambas partes se acusan mutuamente de la violencia iniciada a finales de septiembre. Los enfrentamientos debidos a la disputa territorial del enclave Nagorno-Karabaj han ocasionado decenas de muertos y heridos, muchos de ellos civiles.
La región del Alto Karabaj está situada en el sur del Cáucaso y proporciona rutas de tránsito cruciales para el gas y el petróleo hacia los mercados mundiales.
Actualización humanitaria
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) también expresó su preocupación por las hostilidades en curso a lo largo de la línea de contacto.
Desde el comienzo de la última ronda de hostilidades hasta hoy, más de 40 civiles han muerto y más de 200 han resultado heridos en ambos lados. Cientos de casas han sufrido daños graves.
“Los equipos de país de la ONU tanto en Ereván como en Bakú están preparados para responder a las necesidades humanitarias a medida que surjan”, informó el portavoz, aunque añadió que hasta el momento ninguno de los gobiernos ha solicitado asistencia internacional a la Organización.
Los niños están muriendo
En un comunicado emitido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, la agencia señaló que ya han pasado diez días desde que la violencia «se intensificó drásticamente» en la zona de conflicto de Nagorno-Karabaj.
Hay reportes de cuatro niños muertos y siete heridos, aseguró el Fondo en un comunicado, advirtiendo que «sin un fin a los combates, estas cifras aumentarán trágicamente».
«Los enfrentamientos están destruyendo hogares y dañando escuelas y otra infraestructura esencial. Instamos a todas las partes a proteger a los civiles y la infraestructura civil de daños mayores, de conformidad con el derecho internacional y humanitario», apuntó.
UNICEF dijo que el cese inmediato de las hostilidades beneficia a todos lo niños.