De acuerdo con los resultados del Mapa Nutricional 2019, publicados en marzo de este año por el Ministerio de Desarrollo Social en conjunto con la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), la población de niños de prekinder, kínder, primero básico, quinto básico y primero medio, presenta sobrepeso en un 29% y un 23% de obesidad.
El grupo etario que presentó la mayor prevalencia de malnutrición por exceso (sobrepeso u obesidad) son los estudiantes de quinto básico con un 60% y le siguen los alumnos de kínder con un 51.3%.
En un contexto de pandemia, en donde los horarios y las rutinas de alimentación se han visto afectados, es muy importante rescatar el rol que cumplen las colaciones, ya que evitamos que el niño coma a deshoras y permite a la vez hacer una pausa durante las clases, instancia que posiblemente se haya descuidado al estar en casa, pero que tiene un impacto positivo no solo en la alimentación sino también en la salud mental de los niños.
“Para ello es necesario tomar en cuenta la edad, nivel de actividad física y el tiempo entre comidas. Lo que se recomienda es de 1 a 2 colaciones al día -a media mañana o tarde- de 130 a 150 calorías cada una, puede aumentar hasta 200 calorías para niños de más de 6 años, y cuidando de no consumir más de 30 gramos de azúcar al día. También es importante incluir distintos grupos de alimentos, en especial los lácteos, ya que los niños deben consumir 3 porciones de lácteos al día; una buena alternativa para medir las porciones son las cajitas de leche de 200ml que vienen en envases de Tetra Pak® o una taza pequeña”, explicó la nutricionista de la Universidad del Desarrollo, con postgrado en Obesidad, Gabriela Contreras.
Sin embargo, el experto recalca que una buena nutrición no tiene que ver necesariamente con las calorías, sino con la calidad de los alimentos. Es por eso que un niño normopeso (peso normal de una persona respecto a su estatura) o con obesidad puede estar malnutrido. “Existen algunos estudios que demuestran que el consumo de lácteos ayuda a prevenir la obesidad. La leche y sus componentes ayudan a preservar la masa muscular y disminuir en el peso corporal, por lo que es fundamental para los niños consumir la porción de leche adecuada todos los días. Hay una relación entre el consumo de productos lácteos y el índice de masa corporal (IMC), a mayor consumo de lácteos, tenemos un menor IMC”, detalló la nutricionista.
¿Qué más se puede incorporar a las colaciones de los niños en casa para que sean saludables? Esta pregunta es clave para ofrecerles diversas opciones e ir alternando, evitando así que se aburran y facilitando que las consuman efectivamente.
En este sentido, es importante seleccionar frutas o verduras de la estación, además de cereales, galletas integrales, semillas o frutos secos, los cuales se pueden acompañar con agua, leche o yogurt.
“Se piensa que la alimentación sana es más cara. Es importante derribar ese mito y atreverse, por ejemplo, con las mismas frutas y verduras que están en la casa o desarrollando sencillas preparaciones caseras; alternativas que en el tiempo permiten crear hábitos saludables que perduren en la vida”, acotó Contreras.