Es necesario que los futuros amos sean comprometidos, pacientes y cuenten con un espacio adecuado para que el animal viva y se desarrolle de forma tranquila y feliz.

Adoptar una mascota es, sin duda, una decisión que debe meditarse y tomarse con plena seguridad. Investigar para conocer más sobre el animal que se desea integrar a la familia, ya sea un perro, gato, hámster o uno exótico, resulta crucial y es parte importante de la tenencia responsable que deberá ejercerse una vez que éste llegue al hogar.

En Chile la adopción de mascotas se centra principalmente en perros y gatos, pues en vagancia se reproducen rápidamente generando un descontrol que puede afectar la salud pública. De acuerdo con un estudio elaborado por el Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la Universidad Andrés Bello e Ipsos, el 74% de los consultados afirma que los canes que deambulan libremente por las calles son un problema para la sociedad.

Ante este escenario, la adopción cobra aún más relevancia y, junto con la esterilización masiva, surge como una excelente alternativa para intentar frenar el aumento de la población canina y felina en la vía pública. Sin embargo, a la hora de adoptar, “no basta solo con tener buenas intenciones”, explica Renate Grunefeld, veterinaria de Puppies & Kittens.

Según la especialista, existen aspectos clave que una persona o familia debe considerar si decide adoptar una mascota, pues, aunque suene obvio, “son seres vivos y, por ende, requieren de toda nuestra atención”.

«Una mascota necesitará actividad física, estimulación mental, un ambiente enriquecido y adecuada medicina preventiva, así es que deberemos darnos tiempo no solo para satisfacer sus necesidades fisiológicas, sino también para educarla, contenerla y darle cariño. Por ello, la familia en conjunto deberá reflexionar sobre la decisión de adoptar; no todas son aptas para hacerlo y la idea es no arrepentirse después», aclara la experta.

En tal sentido, Grunefeld enfatiza en la necesidad de que los amos sean comprometidos, pacientes y cuenten con un espacio adecuado para que la mascota viva y se desarrolle de forma tranquila, cómoda y feliz.

“En el caso de animales pequeños no debería haber inconvenientes, pero en el caso de un perro grande, por ejemplo, no es recomendable adoptarlo si vivimos en un espacio reducido y más aún si pasará solo gran parte del día”, recalca la especialista.

Junto con esto, es necesario contar con los medios económicos para ofrecer al animal una dieta completa y equilibrada, vacunarlos cuando corresponda y llevarlos a controles veterinarios anuales o, bien, cuando manifiesten alguna dolencia.

Finalmente y si en el hogar habitan bebés o niños pequeños, es fundamental evaluar qué tipo de mascota es la más adecuada para la familia y, en este punto, cobra relevancia instruirse sobre la que acogeremos en nuestro hogar.

“Es importante conocer al animal y estar al tanto de sus comportamientos básicos. En el caso de un perro, algunos pueden compartir con niños pequeños sin problema, y otros son más idóneos para estar en compañía de adultos. Algunos son más inquietos y juguetones, sobre todo si son cachorros, mientras otros prefieren la tranquilidad. Los gatos, en tanto, son más independientes, pero no menos demandantes”, explica Grunefeld.

De ahí la importancia de estar seguros de concretar una decisión que exigirá tiempo y dedicación, y que -al mismo tiempo- puede convertirse en una gran experiencia de aprendizaje para toda la familia.

“Al adoptar se está salvando la vida de animales que generalmente han sido abandonados o viven en muy malas condiciones, por lo que se hace un bien mayor y, de paso, evitamos fomentar el negocio de compra y venta de mascotas», concluye la veterinaria de Puppies & Kittens.

Crédito fotos: https://fuzzyrescue.org/

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