miércoles, abril 24, 2024

¿Una OTAN oriental? Agresividad de China reúne a sus adversarios regionales con EE.UU.

Este lunes, de manera inédita, India invitó formalmente a Australia a participar en los ejercicio navales en la costa de Malabar que desarrollará con EE.UU. y Japón, dejando en claro que la amenaza de Beijing se está volviendo imposible de soslayar.

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Que la agresiva política internacional de China la está dejando crecientemente sin muchos amigos no es una casualidad. Menos las continuas amenazas y el uso cada vez mayor de más palos y menos zanahorias.

Así, los rivales regionales de la potencia asiática comienzan a perder el miedo de unirse y dejar de lado sus advertencias y chantajes.

Información oficial del gobierno indio sobre la invitación a Australia

Ello quedó patente este lunes cuando India anuncio que incluiría a Australia en su ejercicio naval de Malabar con Estados Unidos y Japón. Como menciona una columna en el prestigioso South China Morning Post, «probablemente se convierta en un momento decisivo en la geopolítica del Indo-Pacífico».

No es menor que esta decisión implica también un gran cambio de actitud en Nueva Delhi, que hasta hace poco se resistía a elegir un bando en la rivalidad entre Estados Unidos y China, pero que ante la agresión china ha terminado por romper sus aprehensiones, comenzando a buscar apoyo en otras víctimas regionales del bullying de Beijing, además de acercarse cada vez más a Washington.

Así, el regreso de Australia a los juegos de guerra anuales, que se llevarán a cabo en la Bahía de Bengala y el Mar Arábigo a finales de este año, también es un gran paso para convertir a la agrupación, oficialmente conocida como Quad, en una alianza liderada por Estados Unidos dirigida a China.

Si bien es demasiado pronto para decir si se convertirá en una “OTAN del Indo-Pacífico”, como sugirió el ministro de Relaciones Exteriores chino Wang Yi la semana pasada, el surgimiento de un bloque anti-China en su puerta es una pesadilla para Beijing.

Pero quizás no sea tan sorprendente como parecía inicialmente.

Se produjo pocos días después de que los ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro países se reunieran en Tokio para discutir la participación de Australia en el ejercicio.

Estados Unidos siguió con una velocidad inusual, según los estándares diplomáticos, enviando al subsecretario de Estado Stephen Biegun a India, donde dijo que estaba siendo «demasiado cauteloso» con China.

Muchos observadores chinos vieron estos desarrollos después de que China alcanzara un punto en el que su agresiva postura diplomática y militar era casi una admisión de que quería dominar la región y desplazar a Washington.

Australia participó por primera vez en el ejercicio Malabar en septiembre de 2007. Pero tras la presión de Beijing, Canberra enfrió su participación.

El Quad, un concepto sugerido por primera vez por el ex primer ministro japonés Shinzo Abe en 2007, renació 10 años después como parte de la nueva estrategia Indo-Pacífico de Donald Trump. Pero el primer ministro de India, Narendra Modi se mantuvo ese 2017 reacio a invitar a Australia a volver al simulacro de Malabar por miedo a antagonizar a China.

Pero, como se señaló previamente, la situación sufrió un significativo vuelco desde principios de este año cuando India quedó atrapada en un prolongado enfrentamiento fronterizo con China.

En junio, al menos 20 soldados indios murieron, y el ministro de Asuntos Exteriores del país, S Jaishankar, dijo que la reacción pública y política resultante había «dejado la relación profundamente perturbada».

En un momento en que los índices de aprobación de Trump en la región están en un mínimo histórico, puede que no sea útil que China continúe culpando a la Casa Blanca por sus crisis diplomáticas en lugar de examinar sus propias fallas.

A pesar de sus diferencias sobre comercio y muchos otros temas, la sospecha y el miedo profundos hacia China parecen haberse convertido en el factor más importante que une a sus vecinos y a Estados Unidos.

Con la disputa fronteriza mostrando pocas señales de resolverse, y las relaciones de China con los EE. UU., Australia y Japón en declive, es probable que el Quad se convierta en el mayor desafío para las aspiraciones globales de China en los próximos años.

Peor aún, las presiones de Beijing en contra de otros países del sudeste asiático a causa de sus ambiciones territoriales en el Mar de la China Meridional, podrían llevar en un futuro no tan lejano a otras potencias locales, como Vietnam, Indonesia y Filipinas, a buscar en el Quad un paraguas de protección.

Y ello sin que EE.UU. se esfuerce en demasía, ya que la agresividad de China está empujando a sus brazos a la región.

Con información de South China Morning Post

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