BOGOTÁ (AP) — Enfrentamientos violentos estallaron en la capital colombiana luego de la muerte de un hombre que se encontraba en custodia policial, ante lo cual ciudadanos indignados prendieron fuego a autobuses del servicio público, chocaron con elementos del orden y causaron destrozos en estaciones de policía, con un saldo de siete personas fallecidas.
La ola de violencia del miércoles estalló después de que comenzara a circular un video en el que se ve a dos agentes que sujetaban a un hombre de 43 años y le disparaban con un arma aturdidora mientras les suplicaba que se detuvieran, lo que resalta las añejas tensiones respecto al uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.
Ocho autobuses fueron quemados, 56 estaciones de policía sostuvieron daños y 175 civiles resultaron heridos, 66 de ellos por arma de fuego, informaron las autoridades el jueves.
“Eso ni en un combate en las peores épocas del conflicto armado en Colombia”, dijo la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, después de visitar a los heridos en un hospital. “Lo que ocurrió ayer fue un ataque, indiscriminado, desproporcionado, absolutamente injustificado, por parte de algunos miembros de la policía contra los ciudadanos de Bogotá, en particular contra jóvenes de nuestra ciudad.”
El descontento proviene del fallecimiento del taxista Javier Ordóñez. La policía informó que fueron convocados a responder a reportes de una pelea entre un grupo de hombres que habían estado bebiendo alcohol hasta altas horas de la noche en Engativa, un vecindario de clase trabajadora de Bogotá que ha se ha visto muy afectado por la pandemia del coronavirus.
“Se vuelven agresivas contra la policía”, declaró el coronel Alexander Amaya.
Videos captados por testigos muestra a Ordóñez, de pantalón negro y zapatos deportivos, mientras es inmovilizado por los agentes.
“¡Ya, ya, por favor!”, suplicaba.
“¡Le está diciendo que por favor!”, se escucha a un testigo al fondo. “Los estamos grabando”.
Según las autoridades, Ordóñez fue trasladado a una estación de policía y más tarde a un hospital, a donde llegó sin signos vitales. Después de que se dio a conocer la noticia de su muerte el miércoles, algunos ciudadanos salieron a las calles a pesar de las órdenes del gobierno de evitar las aglomeraciones debido a la pandemia. Varias calles quedaron con montículos de cenizas y escombros.
La mayoría de las siete personas que murieron eran jóvenes. El menor de ellos tenía 17 años.
Las autoridades prometieron una investigación a fondo, aunque sus familiares se mostraron escépticos de que se haga justicia en un país donde los índices de impunidad son muy elevados.
La alcaldesa señaló que insistirá en una pesquisa independiente por parte de la Fiscalía General.
“Ninguno de los familiares con que he conversado en la mañana confían en una investigación de la misma policía”, puntualizó López.
La policía colombiana fue acusada en reiteradas ocasiones de uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones antigubernamentales en las que miles de personas salieron a las calles el año pasado. El fallecimiento de Dilan Cruz, un estudiante de 18 años que recibió un impacto en la cabeza de un proyectil arrojado por la policía durante las protestas, desató una profunda indignación y condenas de grupos defensores de los derechos humanos.
Los recientes disturbios ocurren en una época en que Estados Unidos ha sido sacudido por protestas por la discriminación racial y el abuso policial contra los ciudadanos de raza negra. Las manifestaciones en Colombia están más ligadas al maltrato contra los jóvenes y los pobres. Emulando lo hecho en Estados Unidos, el hashtag #ColombiaLivesMatter se volvió tendencia en Twitter.
Alejandro Lanz, un abogado que encabeza Temblores — un grupo que da seguimiento a casos de violencia policial —, señaló que ha documentado 170 instancias de uso excesivo de la fuerza en lo que va del año. Expresó particular preocupación sobre el uso de armas de fuego por parte de la policía, así como por la presencia de agentes no identificados durante las manifestaciones del miércoles.
“Esas cifras presentan un subregistro”, declaró.
Se prevé que haya más manifestaciones. La policía ha desplegado a 1.500 agentes adicionales y 300 soldados en distintos puntos de Bogotá.
Colombia comienza a salir de una cuarentena de cinco meses con la que se procuró frenar la propagación de coronavirus. Millones de personas han perdido su empleo, casi 700.00 han sido diagnosticadas con COVID-19 y hay más de 22.000 muertos a causa de la enfermedad.
Las autoridades exhortaron a la ciudadanía a cesar los actos de violencia y el vandalismo.
“Colombia pide y exige justicia”, dijo el viceministro del Interior, Daniel Palacios. ”Pero nos llenan de dolor los violentos acontecimientos de ayer, que también como consecuencia apagan más vidas”.