SANTIAGO, Chile (AP) — Unas 2.000 personas marcharon el viernes por el centro de la capital chilena en recuerdo del golpe militar que hace 47 años derrocó al presidente socialista Salvador Allende y que instaló una cruenta dictadura que dejó más de 40.000 víctimas, incluidos más de 3.000 izquierdistas asesinados.

La marcha fue seguida de cerca por la policía, que no la interrumpió a pesar de la vigencia de un estado de catástrofe impuesto en marzo tras la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus, que restringe el derecho a reunión. Los asistentes fueron menos que en años anteriores.

Policías corren al Cementerio General bajo el chorro de un cañón de agua mientras manifestantes les arrojan rocas en el aniversario del golpe militar de 1973 que derivó en la muerte del entonces presidente Salvador Allende en Santiago de Chile el viernes 11 de septiembre de 2020. (AP Foto/Esteban Felix)

Como en marchas previas, ésta concluyó en el interior del Cementerio General de Santiago, donde se ubica un memorial en homenaje a los desaparecidos y ejecutados. Pequeños grupos de encapuchados cerraron las puertas y empezaron a lanzar piedras y algunas bombas incendiarias hacia los policías que permanecían en las afueras. Tras largas escaramuzas, la policía lanzó gases lacrimógenos y gruesos chorros de agua hasta que los dispersó.

Tras el golpe militar los chilenos se dividieron profundamente entre partidarios y detractores del dictador Augusto Pinochet (1973-1990), división que se aplacó con los años, aunque resurgió hace algunos meses en vistas del plebiscito que el próximo 25 de octubre decidirá si se cambia la Constitución de 1980 y fue legada por la dictadura.

“Los hechos de ese 11 de septiembre del año 1973 y sus consecuencias posteriores, aún producen dolorosas divisiones y desencuentros”, dijo el presidente conservador Sebastián Piñera durante un breve discurso con ocasión del aniversario del golpe.

Un simpatizante del expresidente chileno Salvador Allende toca su fotografía en un arreglo de flores que será colocado afuera del palacio presidencial de La Moneda en el aniversario del golpe militar de 1973 que derivó en la muerte de Allende en Santiago de Chile el viernes 11 de septiembre de 2020. (AP Foto/Esteban Felix)

“Yo no olvido, exijo justicia”, decía un gran cartel que encabezaba la marcha que pasó por una puerta ubicada en uno de los costados del palacio de gobierno de La Moneda, por donde fue sacado el cuerpo de Allende, quien prefirió suicidarse antes de caer en manos de los golpistas. Agregó que una de las lecciones sacadas tras el golpe y las violaciones a los derechos humanos que lo siguieron es “el valor de la paz”.

A la misma puerta llegaron varias delegaciones de partidos de oposición y de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), que instalaron claveles rojos en homenaje a Allende.

Lorena Pizarro, presidenta de la AFDD, declaró que “la paz sólo existe en un país cuando la violencia del Estado se borra en forma definitiva”.

Algunos caminaron unos pocos metros, hasta la plaza donde se ubican estatuas de varios expresidentes, incluida una de Allende, donde depositaron más flores.

De los 3.095 izquierdistas asesinados durante los primeros años de la dictadura, un millar sigue en calidad de detenidos desaparecidos, y los cerca de 200 uniformados que cumplen condenas en una cárcel especial para violadores a los derechos humanos no colaboraron con la justicia sobre el paradero de los desaparecidos.

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