El mundo actual es un lugar cambiante y dinámico que avanza y se transforma a un ritmo vertiginoso. Estas continuas mutaciones pueden observarse en multitud de ámbitos y sectores, y el del comercio y los negocios no es una excepción. De hecho, precisamente este sector está cada vez más marcado por fenómenos como la globalización, que tiene la capacidad de acelerar y acentuar estas nuevas realidades. Si a esto le unimos la creciente competitividad, las cambiantes expectativas de los clientes, y las tendencias de consumo actuales, se puede entender porque un amplio porcentaje del sector comercial está girando desde las perspectivas tradicionales para enfrentarse a las nuevas circunstancias desde enfoques distintos. Estas nuevas perspectivas se materializan en una diversidad de formas en la empresa y también en el proceso de transacción comercial, desde las etapas de investigación y desarrollo, hasta las plataformas de venta y distribución, pasando por los procesos de producción, los servicios de atención al cliente, e incluso, las estructuras organizativas y de gestión.

Como no podía ser de otra forma, la tecnología y la digitalización —una de las señas de identidad de nuestro tiempo— juegan un papel esencial en toda esta dinámica. La tecnología se ha ido infiltrando en nuestra sociedad hasta alcanzar un papel protagonista en la vida de casi todas las personas, y también de las empresas. Cuestiones como la forma en que nos comunicamos está cada vez más influenciada y es cada vez más dependiente (tanto en el ámbito comercial como en el personal) de las plataformas digitales y las herramientas tecnológicas. Este es solo uno de los innumerables ejemplos del creciente influjo de estas nuevas técnicas e instrumentos. Su peso propicia la reconfiguración de patrones pasados, crea nuevas oportunidades y abre alternativas que, poco tiempo atrás, hubieran parecido inimaginables. Todo ello otorga una prevalencia especial a temas como la innovación y la investigación, tanto en lo relacionado con los procesos, como, sobre todo, en relación a los modelos de negocio. Tanto internet como las nuevas tecnologías aportan al sector comercial un nuevo filo por el que acometer sus negocios, y de la adecuada utilización de estas nuevas técnicas, depende gran parte del éxito de muchas de las entidades emergentes.

En este sentido, el comercio electrónico se ha convertido en un factor esencial en formas de hacer negocio en los últimos años. Sus ventajas con respecto a las opciones de comercialización más tradicionales se hacen cada vez más visible a medida que avanzamos hacia un mundo digitalizado y global. El e-Commerce es un utensilio especialmente útil en ámbitos vinculados al marketing, la gestión, y la venta y distribución de productos. Sus diferentes vertientes (B2B, B2C, m-Commerce, C2C, B2A, A2C), en atención a los agentes económicos que intervienen, abarcan un espectro muy amplio de las relaciones comerciales; y los objetos de negocio son igualmente variados (desde productos intangibles o digitales, productos tangibles o analógicos o servicios).

La seguridad será el gran caballo de batalla de este tipo de negocios, como muestra el gran incremento (por encima del 80%) que han sufrido las suscripciones a servidores VPN en el último año.

Las principales ventajas relacionadas con estas nuevas formas de hacer negocio tienen que ver con la posibilidad de ampliar el caladero de clientes y las oportunidades de negocio a muchos más lugares y a públicos mucho más amplios. La posibilidad de realizar las transacciones y gestiones pertinentes a distancia favorece, además, la comodidad y la inmediatez de las operaciones. Esto tiene como consecuencia la posibilidad de participación de personas físicas y jurídicas y también de entidades públicas y privadas de manera indiferente y sin las trabas propias de las vías tradicionales. También permite una expansión mucho más grande, debido a las posibilidades que ofrece la nube y a la necesidad de una infraestructura física mucho menor. Además, favorece el acceso a mucha más información y a multitud de productos que antes, por logística o por cuestiones similares, no eran accesibles o tenían el acceso restringido. Al perder importancia los activos y reducirse los costes de interacción y de intermediación, los beneficios que pueden obtenerse pierden su vinculación con el tamaño de la empresa, abriendo las posibilidades de éxito a un gran número de pequeñas y medianas empresas con posibilidades de financiación e infraestructura inferiores.

Los usuarios empiezan a demandar mejoras en la privacidad en este tipo de plataformas, y se empieza a detectar un cierto rechazo a las plataformas de anuncios dirigidos (como Google o Facebook) por el abuso que hacen de los hábitos de los usuarios.

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!