Pese a la normativa del gobierno que permite la reunión de cinco personas en un recinto cerrado y diez en un lugar abierto, la recomendación es a no utilizar los espacios comunes de los edificios, pensando en que estos pueden convertirse en un gran foco de contagio. “Hay muchas azoteas que tienen hasta 7 quinchos y sin separación de muros entre ellos, por lo que no se podría estar incumpliendo la norma”.
Muchas personas saltaron de alegría cuando el gobierno anunció que permitiría la reunión de pequeños grupos de personas en la celebración de Fiestas Patrias en el país y aunque la información ha ido cambiando con los días, lo cierto es que hasta ahora igualmente varias comunas tendrán permisos para poder reunirse en grupos pequeños en esta fecha especial.
La posibilidad de juntarse con amigos o con la familia era algo que se esperaba hace meses y mientas algunos cuentan con casas con patios para recibir a estas visitas, otros miraron inmediatamente a los espacios comunes de sus edificios, pensando en utilizar los tan demandados quinchos.
¿Podrán hacerlo? Según explica Manuel Maneiro, Gerente General de Capitalizarme Rent empresa dedica a la gestión de arriendo de propiedades de inversión y también a la administración de edificios, señala que la decisión pasará por el acuerdo al que lleguen los vecinos de cada comunidad y a la resolución que adopte además el administrador.
“Si bien hay lugares donde los quinchos están separados, hay muchos otros donde puedes encontrar 5 o 7 quinchos con separaciones mínimas que no aseguran el resguardo de la comunidad. Podemos tener a muchas personas contagiadas en pocos días, si se utilizan dichos espacios comunes sin protección, por lo que no es seguro para los habitantes del lugar. Además, si la normativa permite hasta 10 personas al aire libre, al ocupar cada quincho con esa cantidad de personas, podríamos estar violando esta normativa, lo que podría generar algún tipo de multa, tras una fiscalización, que puede ser perjudicial para la comunidad”, señala el experto.
A esto se suma además, que la implementación de medidas de seguridad para estos sectores del edificio, significarán una inversión de dinero, que podría subir además el monto de los gastos comunes, en un periodo de crisis, en el que justamente la política ha sido de ahorro y de evitar generar gastos innecesarios, para no subir este pago que puede complicar a la economía de los vecinos.
Más allá de la recomendación, toda normativa interna de un edificio se cambiará con la aprobación de los vecinos, mediante votación, para lo cual hoy se pueden realizar incluso por zoom, como ha sido la modalidad durante los últimos seis meses, para asambleas y reuniones extraordinarias, relacionadas principalmente con las medidas adoptadas producto de la pandemia.
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