Aunque Chile ha tratado por todos los medios de demostrar -como majaderamente lo dice el ministro de Salud Enrique Paris- que lo hace mejor que todos en el manejo del a crisis por el Coronavirus en Sudamérica, Argentina ha dado un golpe al aunciar este miércoles que se ha aliado con México para, en conjunto, con el laboratorio anglo-sueco AstraZeneca para la producción y distribución de una vacuna experimental contra el coronavirus, el mismo que trabaja en la producción de la vacuna con la Universidad de Oxford en el Reino Unido, considerada por los estudios premiliminares como la vacuna más segura hasta ahora,

El país sudamericano tendrá bajo su órbita la fabricación de la vacuna, mientras que México se ocupará de envasado y distribución “equitativa” en toda la región, excepto Brasil, anunció el miércoles el presiente argentino Alberto Fernández en rueda de prensa, señala un cable de AP.

Se espera para más tarde un anuncio similar de parte de las autoridades mexicanas.

El objetivo es “producir entre 150 y 250 millones de vacunas para toda Latinoamérica para el primer semestre 2021”, dijo el mandatario argentino.

La vacuna en cuestión fue desarrollada por la Universidad de Oxford y es una de casi una veintena de iniciativas que se encuentran en diversas etapas de ensayo en seres humanos en todo el mundo.

Rusia se convirtió el martes en el primer país en aprobar una vacuna contra el coronavirus y declararla lista para su uso, aunque sus autoridades todavía no han ofrecido ninguna prueba de seguridad o eficacia.

A fines de julio, AstraZeneca dijo que está dispuesto a producir 2.000 millones de dosis de la vacuna a un precio bajo por dosis. Se espera que los costos de fabricación sean compensados a través de financiamiento de los gobiernos y privados.

El convenio con México y Argentina será financiado por la fundación del magnate mexicano Carlos Slim.

Fernández, quien luego de la presentación se comunicó con su par mexicano Andrés López Obrador, estimó que la vacuna tendrá un valor de entre tres y cuatro dólares, lo cual “es muy significativo para América Latina porque permite a todos los países acceder a ella”.

AstraZeneca cerró una serie de acuerdos similares en todo el mundo para distribuir la vacuna experimental contra el COVID-19, la cual ha tenido resultados prometedores en las primeras fases de pruebas.

Sus convenios incluyen a Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, así como con la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias —una coalición público-privada con sede en Noruega, y la Alianza de Vacunas GAVI, una asociación público-privada establecida en Ginebra.

También con laboratorios de India, Rusia y Corea del Sur.

Brasil firmó un acuerdo diferente con AstraZeneca para ensayos de su vacuna.

“Esta vacuna viene a la delantera en cuanto al momento de la fase clínica en que está. Hay publicaciones de julio que le dan extraordinaria capacidad de inmunidad con una sola dosis”, enfatizó el ministro argentino de Salud, Ginés González García.

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