En la mañana e este domingo Merkel advertía que está fracasando la cumbre por el Fondo de Recuperación de 1,85 billones de euros y la La cumbre está tensionada por las exigencias de los países ricos de norte de Europa liderados por los Países Bajos que chocan con los reclamos de los más pobres del sur: Italia y España.
Pero entrada a noche, el panorama cambiaba: Parece más cercana la llegada al acuerdo en la magnitud de cifras citada a la hora que vayan acercándose los postres al servir la cena.
50% a fondo perdido y otro 50% en créditos independiente de la inicial propuesta presidencial de una reducción de 50.000 millones, descolgándose el sector del Norte con asunciones de menores riesgos y la obtención de otras compensaciones.
Otros aparentes sinsabores que aparentemente hayan quedado sin atender a algunos de los negociadores, suelen quedarse en el “haber” del desatendido en esos momentos para reivindicarlo en momento posterior con la aquiescencia del “ofensor”. Suele ocurrir.
Están resultando unas reuniones muy tensas y difíciles durante tres días y que aún no han finalizado. Solo se trata de un paso más.
En Infogate hemos estado siguiendo que las situaciones de España e Italia son económicamente agónicas, perceptibles desde cualquier ángulo de la gran mesa de negociaciones por lo que, según los expertos, se debería reservar si es el caso, un último esfuerzo para los momentos finales, aunque se tenga “embotada” la mente.
Los países en la desdicha -España e Italia principalmente-, han debido ver como se abría una conjunción astral favorable que se materializaba aquello de: “sí del cielo te cae un dátil, abre la boca y comételo”.
Lo escuché por primera vez, transcurridos unos años después de la guerra del Vietnam. Era la época de Ho Chi Minh, el Viet Cong, la pobreza extrema y la de los hijos de padres estadounidenses con nativas durante el conflicto bélico, y todavía hoy discriminados como “hijos del pecado”.
Probablemente, occidente no ha obtenido el suficiente provecho de las distintas formas en la que se expresa la filosofía oriental.
Pero, en fin, es posible que nuestro presidente y el de Italia, quizás sí la hubiesen escuchado y vistas las circunstancias finales de auténticas necesidades perentorias, no haya tenido más opciones de adaptarse a las mismas, que no son otras que las del “estado de necesidad”
Un saldo de 350/375.000 millones de euros, ahora, como “fondo perdido”, a repartir, e igual cantidad en concepto de préstamos a reembolsar, es al parecer la nueva oferta de los halcones a los países del Sur.
Faltaría todavía un punto importante que podría discutirse según nuestras fuentes, en la sobremesa de la Cena, aunque de contenido de muchas aristas:
¿Cómo establecer los pretendidos requisitos y controles sobre estos fondos?
Creemos que hoy por hoy las posiciones en este punto son insalvables. Desde una intervención y control pleno por parte de los países del norte en la forma en que se distribuirían y manejarían estos fondos, hasta la ausencia de intervencionismos ajenas a los países beneficiarios, sostenida por los Países del Sur.
Suficiente, para que puedan producirse aún ciertos “derrapes” en la Sala Europa, lugar donde se celebran oficialmente las reuniones, aunque las mismas se producen de forma continua en sus dependencias y despachos fuera de horarios, y aunque se haya avanzado en el monto económico, aún quedan otros muchos temas por dilucidar.
Lo lógico sería establecer como dicen los anglófilos un “break” hasta donde se ha llegado (importe) y continuar con el resto a partir de septiembre. Mientras llega la fecha, los equipos pueden ir avanzando y “desbrozando” guiones.
Equipos, cuyas algunas Delegaciones se componen hasta de 50 miembros. Si multiplicamos unos arriba o abajo, podríamos alcanzar los 1.500.
Un aplazamiento pues sería aceptable bajo la base de al menos haber alcanzado algún tipo de acuerdo, por ejemplo, como pudiera ser el de hoy, aunque haya resultado encarnizado.
Otro escenario con nulo avance, daría lugar a la utilización de otros criterios y estrategias, vistas ya “las cartas sobre la mesa”.
¿No es mejor siempre cara a la siguiente ocasión, partir de un “acuerdo de mínimos”, como por ejemplo una cifra final, y esperar como los malos alumnos hasta septiembre para aprobar el resto?
Mañana más. Esperemos que sea con el “acuerdo de mínimos” sobre la Mesa para su aprobación unánime.
Sobre el autor:
Jesús Antonio Rodríguez Morilla, Doctor en Derecho (Cum Laude) www.modificadosobraspublicas.com