El mundo del cine sufrió este lunes una de sus más sentidas y lloradas pérdidas, luego que conocerse este lunes el fallecimiento del célebre compositor italiano Ennio Morricone, el genio con más de 500 bandas sonoras a sus espaldas, como las inolvidabbles de «La Misión», «Cinema Paradiso», «El bueno, el malo y el feo», y «Los Intocables».

Morricone, nacido en Roma en 1928 falleció a los 91 años en la clínica Campuos Biomedico de Roma, donde se encontraba después de que hace unos días sufriera una fractura de fémur por una caída, según detallan medios locales.

El funeral de Ennio Morricone se llevará a cabo en forma privada «con respeto al sentimiento de humildad que siempre ha inspirado los actos de su existencia», segun ha informado el abogado de la familia del compositor, Giorgio Assumma, a través de un comunicado.

Assumma, según recoge el diario el diario «La República», ha explicado que el maestro «ha mantenido hasta el último momento lucidez y gran dignidad. Ha saludado a su amada esposa María, quien lo ha acompañado con dedicación en cada momento de su vida humana y profesional y ha estado cerca de él hasta el último aliento, agradeciendo a sus hijos y nietos el amor y la atención que le han brindado».

El compositor «ha dedicado un recuerdo conmovedor a su audiencia de cuyo afectuoso apoyo siempre ha sacado la fuerza de su creatividad».

la carta del adiós. un obituario en primera persona

Antes de morir, Morricone escribió un obituario en primera persona. Una última carta que, según lo informado por Giorgio Assumma, tiene el título «Yo, Ennio Morricone, he muerto».

En su despedida, Morricone recuerda con cariño al director Giuseppe Tornatore y otros amigos, y dedica un especial abrazo a sus hijos y nietos. «Espero que entiendan cuánto los amaba», les deja dicho en la misiva.

En el mismo texto, dio órdenes de funerales privados «solo por una razón: no quiero molestar».

Además, en su despedida, dejó emotivas palabras para su esposa, Maria, con quien compartió más de 60 años de matrimonio.

“Yo, ENNIO MORRICONE, he muerto. Así lo anuncio a todos los amigos que siempre han estado cerca de mí y también a aquellos que están un poco lejos y los saludo con gran afecto. Imposible nombrarlos a todos. Pero un recuerdo especial es para Peppuccio y Roberta, amigos fraternales muy presentes en los últimos años de nuestra vida. Solo hay una razón que me impulsa a saludar a todos así y a celebrar un funeral en forma privada: no quiero molestarlo. Saludo calurosamente a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert, por haber compartido gran parte de mi vida conmigo y mi familia. Quiero recordar a mis hermanas Adriana, Maria, Franca y sus seres queridos con amor y hacerles saber cuánto los amaba. Un saludo completo, intenso y profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea, Giovanni, mi nuera Mónica y a mis nietos Francesca, Valentina, Francesco y Luca. Espero que entiendan cuánto los amaba. Por último, pero no menos importante (Maria). Te renuevo el extraordinario amor que nos ha mantenido unidos y que lamento abandonar. La despedida más dolorosa para ti”.

Algunas de las más célebres bandas sonoras de todos los tiempos

Sin la música de Morricone no existirían monumentos como Hasta que llegó su hora, «La batalla de Argel» o «Érase una vez en América«, o emblemas como «Los Intocables» o «Cinema Paradiso«. Nadie podía imaginar que Morricone, formado en la vanguardística y poco accesible música clásica del siglo XX, terminase siendo todo un icono popular. Y para muestra destaquemos que «L’estasi dell’oro«, el tema más celebrado de «El bueno, el malo y el feo«, abrió frecuentemente los conciertos de Metallica y los Ramones.

En 2006 Morricone coronó su portentosa carrera con el Oscar honorífico y una década después, en 2016, lo ganó por la banda sonora que creó para el western «Los 8 más odiados» de Quentin Tarantino, una composición que le valdría otros reconocimientos como un Globo de Oro o el Bafta de la Academia Británica.

Entre sus célebres composiciones destacan sus temas para el padre del ‘Spaghetti western’, Sergio Leone, en aquella Trilogía del Dólar protagonizada por Clint Eastwood: «Por un puñado de dólares» (1964), «La muerte tenía un precio» (1965) y «El bueno, el malo y el feo» (1966).

Morricone ha firmado algunas de las bandas sonoras más memorables de la historia del cine, entre los que se encuentran la que hizo para «Cinema Paradiso» (1988) de su amigo Giuseppe Tornatore, «La misión» (1986) o «Novecento» (1976), de Bernardo Bertolucci. Afirmaba que su receta para componer bandas sonoras tenía tres ingredientes: sintonizar con la frecuencia del director, no olvidarse del público y no olvidarse de sí mismo tampoco.

Porque Morricone llamaba a su trabajo como compositor ‘música aplicada’, subordinada a la película, distinguiéndola así de la ‘música absoluta’, obra en sí misma, y que persiguió en su juventud y afirmaba haber rozado con su trabajo en «La misión».

Morricone en Chile

No podemos dejar de recordar las tres visitas que el maestro de la música de película realizó a nuestro país.

La primera fue en 2008, cuando ofreció dos presentaciones gratis en el Parque Bicentenario de Vitacura durante el 19 y 20 de marzo. Las entradas se podían adquirir de manera presencial en Estación Mapocho, y para recibir las de la segunda fecha, se generó un caos. 

Habían 10 mil boletos disponibles, pero lo que la organización no previno es que en el lugar se congregaran más de 15 mil interesados. Tanta era la desesperación por adquirir boletos, y ante la rapidez con la que se acababan, Carabineros tuvo que intervernir con carros lanza-aguas, para dispersar a los presentes.

Su segunda visita se produjo en 2011, y esta vez se presentó en dos shows en el Movistar Arena, acompañado de la Orquesta Sinfónica de Chile y el Coro de la Universidad de Chile. Cada concierto duró aproximadamente 1 hora y 40 minutos.

La última visita de Morricone a nuestro país ocurrió en 2013, con un primer show masivo en el Estadio Bicentenario de la Florida y posteriormente, uno más íntimo en el Arena Monticello. 

En dicha ocasión, y en entrevista con radio Biobío, Morricone declararía que «debo decir que mis recuerdos (de Chile) son de un público muy entusiasta de mi trabajo de mi obra como compositor y director de orquesta, por lo que vuelvo con muchas ganas, esta es mi verdad, es un público que siempre está de pie, muy entusiasta en verdad».