Con noticias diarias sobre el avance en la investigación para encontrar una vacuna efectiva que corte de raíz la actual pandemia -una de las últimas es que Rusia comenzará a ensayar con una vacuna entre el personal de sus fuerzas armadas- la atención de los inversores se centra de nuevo en las empresas biotecnológicas, un sector de vanguardia que además cuenta con un gran valor añadido.

Y es que no hay más que acudir a las gráficas que dibujaron las cotizaciones en bolsa para comprobar que durante el nefasto mes de marzo las farmacéuticas fueron de las pocas que experimentaron subidas en medio de la debacle general.

Las formas más comunes de invertir en acciones de biotecnológicas

Dado que la cotización de las acciones del sector biosanitario está mostrando estos meses su mejor cara y que el miedo a nuevas oleadas de coronavirus sigue siendo muy real, puede que algunos de ustedes estén pensando en invertir en este sector en auge, así que aquí van unas maneras de hacerlo, asumiendo eso sí que toda inversión conlleva riesgos ciertos de pérdida total o parcial del capital empeñado.

Una opción es invertir en acciones mediante CFDs, cuya operativa cuenta entre sus principales características con el hecho de que se puede operar en mercados bajistas -después de una subida muy pronunciada no es extraño que un mercado experimente rebotes bajistas y viceversa- ya que no poseemos el activo -si poseemos la acción de la farmacéutica esta tiene que subir para ganar dinero- y lo que hará el trader será utilizar las variaciones que experimente la cotización del activo, para, operando en corto -a la baja- o en largo -al alza- tratar de sacar un beneficio.

El apalancamiento es la segunda característica más destacable al operar con CFDs, que funcionaría de forma similar a si pidiéramos un préstamo bancario para comprar acciones, es decir, mediante deuda aumentaremos el tamaño de nuestra operación tratando de conseguir un beneficio mayor de lo que permitiría nuestro depósito, y asumiendo a su vez unos riesgos de pérdida mayores. En este caso será nuestro depósito inicial el que responda de las pérdidas, por lo que puede ser importante buscar un bróker que nos proteja de saldos negativos, es decir, que no podamos incurrir en deudas y que el dinero que decidamos depositar -100, 200, 1000 dólares…- sea el único dinero que esté en riesgo. El trading de CFDs, sea con el activo subyacente que sea, es muy difícil de comprender por el inversor medio e implica grandes riesgos para el capital.

La segunda opción es la clásica compra de acciones mediante, por ejemplo, nuestra entidad bancaria. Desde principios de la crisis han sido muchas las farmacéuticas que han experimentado espectaculares subidas -como la estadounidense Moderna, que ha llegado a aumentar su valor más de un 100 por cien por la expectativa generada alrededor de una hipotética vacuna- por lo que ahora su valor puede que sea demasiado elevado para muchos bolsillos, eso sí, la compañía que logre entregar al mundo una vacuna funcional verá cómo su cotización subirá como la espuma y habrá que ver qué ocurre con las rezagadas.

Aprendiendo la operativa

Ya hemos visto que comprar acciones a la antigua usanza es muy sencillo pero ¿cómo invertir en acciones si nos decantamos por los CFDs? Realmente aprender no es difícil -lo más complicado es aprender a abrir posiciones ganadoras, no el abrirlas en sí mismo- y la mayoría de los brókeres, si no todos, ofrecen abundante material formativo -como videos, una de las formas más cómodas de introducirnos en una materia nueva-, por lo que la misma plataforma que utilicemos para operar será la que utilizaremos para formarnos. Eso sí, buscar formación en otros sitios especializados e independientes sobre inversión y trading también es esencial.

En este primer estadio es importante la paciencia, antes de comprometer nuestro dinero debemos aprender qué herramientas pone el bróker a nuestra disposición y cómo usarlas de la forma más beneficiosa para nosotros, cuáles son las comisiones que deberemos pagar al abrir posiciones, cual es la tasa por mantener abierta una posición nocturna y si nos beneficiaría más practicar simplemente trading intradía -abrir y cerrar operaciones en el mismo día-. En definitiva, si hemos tomado la decisión de convertirnos en traders nuestro capital más valioso es el tiempo que invirtamos.

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