Este tipo de tumor benigno, tiene como primeras consecuencias problemas de visión y dolores de cabeza. Afortunadamente, existen una serie de opciones de tratamiento, presentándose entre ellas, y con mucha efectividad, la radiocirugía con rayos gamma.

El Tumor de Hipófisis, o también llamado Adenoma de Hipófisis, es un crecimiento anormal de células de la glándula endocrina principal, que se ubica justo por encima de la parte posterior de la nariz, muy cerca del nervio óptico. A nivel mundial, el porcentaje de personas con este tipo de tumor, corresponde al 10 % de los tumores intracraneales, son más frecuentes en la tercera y cuarta década de la vida y es igual de común en hombres y mujeres.

Problemas de visión y algunos cambios físicos, se encuentran dentro de los síntomas de quienes padecen este adenoma, así como también fuertes dolores de cabeza.

Dentro de las opciones de tratamiento para el Tumor de Hipófisis, se encuentran la cirugía, la terapia farmacológica, la quimioterapia y la radiocirugía.

Y dentro de esta última opción, la radiocirugía con Gamma Knife se muestra como una elección que puede realizar el paciente y que cuenta con múltiples beneficios, no solo para su salud, sino que también para su calidad de vida; no requiere incisión, disminución de los costos por procedimiento, no requiere anestesia general, excepto en casos especiales y niños, y una casi nula interrupción en el quehacer cotidiano y laboral.

¿De qué manera actúan los rayos gamma en este tipo de tumores? Según explica el doctor Claudio Lühr, Neurocirujano y Director Médico del Centro Gamma Knife, existen dos mecanismos: “Cuando una célula recibe un impacto de radiación como el que se entrega con la radiocirugía Gamma Knife, el ADN del núcleo se altera radicalmente de tal manera que la célula no es capaz de duplicarse y, por ende, no se puede multiplicar, deteniendo así su crecimiento”. En resumen, la radiocirugía daña el material genético (ADN) en las células del tumor. Las células pierden su capacidad de reproducirse y se detiene su desarrollo.

El segundo mecanismo es a través del efecto de la radiación sobre los vasos sanguíneos del tumor. Los tumores, como cualquier órgano, necesitan para vivir aportes en nutrientes como oxígeno y glucosa y este aporte llega a través de los vasos sanguíneos. Cuando se utiliza la técnica de Gamma Knife para atacar al tumor, este comienza un proceso de trombosis, los vasos sanguíneos se van tapando en el tiempo y en la medida en que esto ocurre se produce la muerte de las células, lo que significa que el tumor puede incluso reducir su tamaño.

La radiocirugía puede actuar, en estos casos, como tratamiento primario o complementario de la cirugía convencional -que es más frecuente- aunque en algunos casos, solo puede bastar con la radiocirugía. En Gamma Knife, según cifras del doctor Claudio Lühr, se han tratado 42 pacientes de un total de 845 tratamientos. 

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