La salida de quien fuera titular de Ministerio de Salud, Jaime Mañalich, provocó diversas reacciones a favor y en contra, pero también llama a recordar las “memorables” frases que emitió en distintas oportunidades y que al parecer fueron las que le pasaron la cuenta y por tal motivo el Presidente Sebastián Piñera le pidió la renuncia a su cargo este sábado, aunque también gatilló su salida algunos problemas de salud que se han agudizado en los últimos días.
Su figura nunca ha causado total aceptación, especialmente en los funcionarios de la salud pública, y durante el último mes ha sido cuestionado en muchas ocasiones, debido a su enfoque a la hora de establecer y comunicar políticas sobre el COVID-19 que se aleja de lo recomendado y, por el contrario, parecieran ir en la línea de apresurar el fin de la emergencia sanitaria, o incluso de bajarle el perfil.
Una de las primeras frases recodadas fue cuando el 1 de abril habló con 24 Horas en donde se refirió al virus como al que mutaría a “buena persona”.
“¿Qué pasa si este virus muta hacia una forma más benigna? ¿Qué pasa si muta y se pone buena persona?”, intentando explicar por qué no se ponen más restricciones que permitan bajar el contagio de la enfermedad.
Otra fue cuando el 16 abril se refirió a que el Gobierno estaba planeando entregar un carnet COVID que entregaría a las personas que ya pasaron por la cuarentena y que habían sorteado la enfermedad.
Dicho instrumento identificaría a las personas que “con altísima probabilidad ya tuvieron la infección por coronavirus y son inmunes a adquirir una nueva enfermedad, a reinfectarse y no son capaces de transmitirla a otros”.
Sin embargo, posteriormente fue muy locuaz para explicar la decisión de postergar la entrega de este carnet, indicando que “a la luz de la experiencia que hasta ahora tenemos podemos decir que la inmunidad que produce la infección por coronavirus dura mucho tiempo. Por lo menos, lo mínimo, es un año. A la luz de otros coronavirus pareciera que es permanente y que queda inmune para siempre. Pero solo el tiempo nos permitirá decir con propiedad que es así y que la inmunidad se prolonga por años después de la infección inicial considerando que estos virus son extraordinariamente estables”.
“Hemos decidido postergar la entrega de un carnet COVID, porque se nos ha hecho ver que podría desencadenar un problema de discriminación bastante severos«, argumentó el secretario de Estado.
El 1 de abril, Mañalich también se refirió a la denominada “inmunidad de rebaño”, cuando aseguró que “al principio de un brote de enfermedad, toda la población es susceptible de enfermar (…) esas personas pasan a ser recuperadas e inmunes en el caso del virus del coronavirus, y esas personas no deberían infectarse de nuevo”.
El titular de Salud también abordó, el 21 de abril, el cierre de los colegios debido a la pandemia, manifestando su descontento con las medidas aplicadas por los alcaldes para evitar los contagios, incluso fue enfático en señalar que “fue un error”.
“El consumo de alcohol, la violencia intrafamiliar, lo que significa para niños vulnerables no estar en la escuela, que por lo demás sabemos, nunca quisimos, nunca compartimos como ministerio de Salud la idea de cerrar las escuelas, nunca. Y la evidencia que tenemos ahora acumulada demuestra que efectivamente eso fue un grave error, que dejó a los niños sin vacuna, sin educación, sin comida, sin protección”, dijo en esa oportunidad el otrora titular del Minsal.
También hay que recordar el pasado 7 de abril, Mañalich daba cuenta del ingreso de pacientes fallecidos en la lista de recuperados de COVID-19, de acuerdo a los criterios usados por la Universidad de John Hopkins de Estados Unidos.
“En relación a la cantidad de pacientes recuperados, en la definición que hemos utilizado por consejo de expertos internacionales, tenemos 898 pacientes que ya han dejado de ser contagiantes, que no son una fuente de contagio para otros, y los incluimos como recuperados. Estas son las personas que han cumplido 14 días desde el diagnóstico o que desgraciadamente han fallecido”, expresó.
El 5 de abril también aseguró que a ningún paciente en estado grave por el virus le faltaría un ventilador mecánico en su tratamiento.
“Tener 220 respiradores de respaldo para las próximas semanas es algo que prácticamente ninguna nación en el mundo tiene en este momento. Tenemos que estar tranquilos de que cualquier persona que necesite un ventilador, lo va a necesitar sea el lugar en el que esté en Chile”, aseguraba el ministro.
También hay que consignar cuando la subsecretaria de Salud, Paula Daza, hablaba sobre una “nueva normalidad”, invitando a tomarse un café con los amigos, pero manteniendo las medidas de seguridad como distanciamiento social, lavado de manos, uso de mascarillas, entre otros.
Incluso, posteriormente el propio Mañalich fue enfático en explicar los dichos de Daza, precisando que «la subsecretaria Daza tiene una debilidad enorme por el café y, en ese sentido, yo la comprendo. Puede haber múltiples ejemplos, puede ser ir a tomar cerveza, por ejemplo, ir a comerse una empanada«.
Mañalich también habló en su oportunidad de la “Batalla de Santiago”, cuando se refirió a las medidas de restricción que se aplicarían en la Región Metropolitana para disminuir la cantidad de contagio.
“Lo de Santiago llama la atención. Una cosa es ver papeles y otras lo que pasa en las calles. Las medidas no están siendo respetadas. Anoche hablaba con el alcalde Felipe Alessandri y decía que, recorriendo las calles en la noche, se piensa que no hay pandemia. Locales abiertos, gente en las calles sin mascarillas (…) tenemos el deber de actuar con más fuerza en las medidas, cierres, multas y todo lo que vaya contra vulneren las cuarentenas. Lo haremos con más energía desde hoy mismo para evitar casos como la fiesta en Maipú”, señaló en el reporte diario.
“Si no ejercemos con fuerza la ‘Batalla de Santiago’, esta guerra la vamos a perder. Acentuaremos el rol de la autoridad sanitaria. Lo señalo como precaución para que todos los locales se cierren y la gente use mascarilla, pues estaremos pendientes por ganar la Batalla de Santiago”, añadió.
Sin embargo, el 13 de mayo, quien estuviera a cargo de la salud del país dijo en referencia a negarse a las cuarentenas totales en comunas o regiones que “hay que tomar las medidas adecuadas, en el momento adecuado. Tener una cuarentena nacional en un momento en el que habían muy pocos casos, no tenía sentido. El daño habrían sido mayores a los beneficios«.
Otra de sus frases rimbombantes y que no dejó a nadie tranquilo fue cuando el 27 de mayo dio cuenta que todos los ejercicios epidemiológicos y proyecciones que se habían hecho se derrumbaron “como castillo de naipes”.
“Lo que hemos aprendido duramente en esta pandemia es que todos los ejercicios epidemiológicos, las fórmulas de proyección con las que yo mismo me seduje en enero, se han derrumbado como castillo de naipes”, dijo.
Y añadió que “la realidad ha superado cualquier modelo que uno pueda simular (…) Navegamos en una suerte de oscuridad en que cada día vale: cuántos pacientes nuevos hay, fallecidos, hospitalizados, el número de ventiladores… tenemos que ser obsesivos en enfrentar la realidad como es”.
Sin embargo, estas nos fueron el término de sus frases, ya que el 28 de mayo se mandó otra para el recuerdo y fue cuando afirmó desconocer la pobreza y hacinamiento en el que vivían familias de otros sectores de Santiago.
«¿Cuál es la contagiosidad? En un sector de Santiago es esta y en otro sector de Santiago, que es nuestro drama de la cuarentena en este momento, en otro sector de Santiago, donde hay un nivel de pobreza y hacinamiento, perdón que lo diga con esta… del cual yo no tenía conciencia de la magnitud que tenía”, indicó ese día.
Y añadió que “uno visita lugares, pero cuando uno entra ahora, después de no haber ido en dos años a un lugar en cualquier comuna y dice, ‘aquí vivían 10 personas en esta casa y ahora están viviendo cien personas’”.