En medio de la crisis sanitaria y socioeconómica que ha provocado la pandemia del CORONAVIRUS, el Presidente Sebastián Piñera decidió realizar cambios y enroques en su Gabinete para enfrentar la tierra derecha del momento más duro de la infección en el país, aunque en el fondo se trató de ajustar un nuevo equilibrio de poder al interior el Gobierno, que dejó a potentes ganadores, algunas desilusiones e impensados perdedores.

De esta forma, el hasta este jueves subsecretario de Desarrollo Regional, Claudio Alvarado, ascendió a titular del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, mientras que el ministro de dicha cartera, Felipe Ward, pasó a ocupar igual cargo en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En tanto, Cristián Monckeberg dejó esta secretaría de estado para pasar a encabezar el Ministerio de Desarrollo Social en desmedro de Sebastián Sichel, el gran perjudicado con este retoque ministerial, pero a quien se compensó por su salida del gabinete con la presidencia del BancoEstado, donde reemplaza a Arturo Tagle.

Para algunos, como el presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, ante la actual crisis, «el Presidente se pone a jugar a la sillita musical o, según el timonel de la Democracia Cristiana, Fuad Chahin, «me parece una falta de respeto por los ciudadanos lo que hoy ha hecho el Presidente de la República«.

Pero al interior del flamante gabinete ajustado, se trató de la celebración de Renovación Nacional por volver al comité político, el reforzamiento del poder de Evópoli con la consolidación de la dupla de Gonzalo Blumel e Ignacio Briones en el control del citado comité y en la dirección de las negociaciones con la oposición en la búsqueda del acuerdo transversal en tiempos de crisis.

Más aún, lo que pudo ser la única alegría de la UDI por mantener el cupo con el arribo de Claudio Alvarado a la Segpres, se ve menoscabado por la estrecha relación de este con Blumel con quien trabajó primero en la Segpres, y luego como Subsecretario de Desarrollo Regional desde donde compartió una intensa labor negociadora con el Congreso con el titular de Interior. 

El gremialismo, así, firmó una dura pérdida de influencia en el área política de la administración Piñera .

La jornada de cambios paso a paso

Sin embargo, a primeras horas de este jueves 4 de junio poco se sospechaba fuera de las oficinas de Palacio del cambio que se avecinaba.

De hecho, Presidencia había anunciado poco antes de las 11 horas una pauta del Presidente Sebastián Piñera con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, en Providencia, para las 13.30 horas. Apenas minutos después, se anunció su suspensión y en paralelo aparecían filtraciones de prensa anunciando un ajuste de gabinete.

Los rumores volaron, si bien rápidamente se establecieron (correctamente como se pudo ver después) los nuevos cargos de Alvarado, Ward y Monckeberg.

Quedaba en el aire Sichel, e incluso, la vocera de gobierno Karla Rubilar, debido a la posibilidad que se manejó de destinar al todavía ministro de Desarrollo Social como titular de la Segegob. Minutos antes del inicio de la actividad en el Patio de los Cañones, un Sichel tenso bajaría desde su oficina señalando que iba a una reunión. Su destino fuera del gabinete a esa altura ya estaba totalmente confirmado.

Tema aparte fue el horario de la ceremonia, que pasó de las 12.30 a las 13 y luego a las 13.30 horas. Indirectamente se supo posteriormente que a la una de la tarde el Presidente Piñera estaba haciendo las últimas confirmaciones, entre ellas la del cuestionado ministro de Salud Jaime Mañalich a quien ratificaba personalmente en esos momentos en su cargo, por si quedaba alguna duda al respecto.

Durante la ceremonia, el Mandatario dijo que «reconozco, valoro y agradezco, no sólo la capacidad, dedicación y talento que demostraron en la gestión de sus ministerios, sino muy especialmente, el compromiso, la entrega y la vocación de servicio público que desplegaron, todos los días y en abundancia, en el cumplimiento de sus funciones».

Además, recordando los difíciles momentos que vive el país, Piñera volvió a referirse a su llamado por un Acuerdo Nacional, al cual convocó «a todas las fuerzas políticas que quieran contribuir con buena voluntad, y llamamos a los expertos y a todos los sectores de la sociedad civil a colaborar con esta misión«, precisando que «este Acuerdo debe construirse e implementarse dentro de un marco de responsabilidad y de recuperación gradual de los equilibrios fiscales y macroeconómicos. Porque de lo contrario, estaríamos transformando un problema transitorio en un problema permanente, que hipotecaría el futuro de Chile y los proyectos, oportunidades y calidad de vida de todos los chilenos».

El gallito por las influencias

Independientemente de las valoraciones de las gestiones, el Gobierno y los partidos de Chile Vamos apostaron por un acomodo estratégico.

El Gobierno ya había empezado a mover sus fichas este fin de semana, con discretas llamadas a los partidos oficialistas para fijar perfiles y el alcance de los cambios que pretendía hacer. Pero, y a pesar de algunos sondeos desde algunas tiendas, Jaime Mañalich fue catalogado como intocable por el propio Mandatario.

Así, para Renovación Nacional fue la opción de concretar su larga aspiración de poner a uno de los suyos en el comité político, para lo cual hacía largo tiempo manejaban la carta del propio Cristián Monckeberg. Vale recordar que RN había quedado fuera de la instancia tras la salida de Cecilia Pérez el 28 de octubre del año pasado, en el último gran cambio de gabinete de la actual administración. El partido oficialista resentía especialmente su ausencia del comité, en medio de la larga serie de crisis que arrastra el país desde octubre del año pasado, sintiendo que su voz quedaba al margen de negociaciones y decisiones cruciales para el Gobierno en este período.

En la Segpres, la salida del UDI Felipe Ward venía marcada por las críticas a su gestión en el Congreso. Si bien estuvo lejos de sufrir fracasos, sus detractores jamás vieron en él una real fuerza negociadora con la muñeca necesaria para tender los puentes con la oposición, pese a su experiencia anterior como diputado. Todo lo contrario de lo que ven en su correligionario Claudio Alvarado, con una larga trayectoria de 5 años y medio -entre el primer y segundo gobierno de Piñera- como subsecretario general de la Presidencia, y un buen nivel de contactos al interior del parlamento, y que llega al cargo con la misión de cerrar la serie de acuerdos y la amplia agenda legislativa que se discuten actualmente en el Senado y la Cámara.

El nuevo destino de Ward es complejo, especialmente por la crisis habitacional que ha surgido en estos casi 8 meses de crisis continua que ha vivido el país. El propio Cristián Monckeberg había reconocido que a causa de la pauperización de un creciente segmento de la población, han empezado a crecer tanto el número de familias sin hogar como el de tomas de terrenos, ante la falta de recursos para seguir pagando arriendos, entre otras causas. Además, la crisis, en especial la actual provocada por e Covid-19, ha revelado las condiciones paupérrimas de vida de miles de personas en en cités, las cuales requieren de una política habitacional agresiva para salir de dicha situación, en momentos en que el presupuesto nacional está fuertemente presionado y no se tiene claridad del momento en que pueda superarse lo peor de la crisis sanitaria.

Cuestión aparte implicó el nuevo destino del saliente ministro de Desarrollo Social Sebastián Sichel, quien ahora pasará a ocupar la presidencia del BancoEstado, en un anuncio sorpresivo de Sebastián Piñera. Sorpresivo por el destino de Sichel, abogado pero con una interesante gestión a cargo de Corfo, y con una buena percepción pública como ministro -el mejor evaluado del gabinete según la última Cadem-, pese a algunas reservas de ciertos sectores del oficialismo respecto a su gestión respecto a los pueblos originarios y discapacidad.

Su cargo era el más codiciado porque era la moneda de cambio perfecta, permitiendo voz y voto en el comité político del Gobierno. Desde el principio fue visto como un extraño, por su pasado DC, aunque supo ganarse la confianza de los partidos y los equipos de trabajo del Gobierno. Y aunque actualmente es cercano a Evópoli, sería la UDI quien defendió hasta el final su permanencia; de esta discusión final surgiría la alternativa que pasara a ocupar la vocería de gobierno en vez de Karla Rubilar, pero dicha posibilidad se diluyó finalmente. Probablemente, aunque no se reconozca, su cruce de declaraciones con el ministro Briones a propósito de incluir el CAE en la discusión de la mesa por el Acuerdo Nacional haya firmado su salida, irónicamente defendiendo una iniciativa del presidente de Renovación Nacional.

El arribo de Sichel, en reemplazo de Arturo Tagle, busca establecer un sello social a la gestión del BancoEstado en el marco de la crisis sanitaria y social, considerando que esta es una de las entidades que debe tramitar los crédidos Fogape para las pymes.

De hecho, el banco estatal pasa por su propia tormenta ante las amplias críticas de las pymes, que han reclamado por no tener real acceso a estos créditos en la banca, donde la institución estatal se ha distinguido tristemente por ser una de las que registra los mayores rechazos a la concesión de créditos, pese a los anuncios gubernamentales de apoyo en medio de la crisis a las pequeñas y medianas empresas.

No es menor tener presente que, con la llegada de Sichel al BancoEstado, Evópoli (partido con el que tiene bastante cercanía) tenga control directo e indirecto de buena parte de las finanzas estatales, recordando que el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, pertenece a esta tienda política.

Nuevos ministros a la cancha

El primero en hablar con los medios fue el saliente titular de la Segpres, Felipe Ward, quien en medio del tumulto de los medios (fue el único ministro que habló con los medios al término de la ceremonia), declaró que «me voy contento, con muchos desafíos, y en la labor que nos toca asumir ahora también hay muchos desafíos; vamos a seguir trabajando con el Congreso, hay muchos proyectos de ley que lleva Vivienda que implican una relación permanente con los parlamentarios, así que vamos a seguir trabajando de una manera unida».

Consultado sobre su salida del comité político y de su cargo previo, Ward señaló que «quisiera enfocarme exclusivamente en las labores que ahora tengo en este ministerio sectorial, Ministerio que conozco, en parte, gracias a la labor que desempeñaba en Bienes Nacionales, así que entramos en tierra derecha de lo que tiene que ver con materias propias de esa cartera«.

Más parco fue Sebastián Sichel, quien fue uno de los primeros en retirarse al término de la ceremonia, y que a través de su cuenta twitter agradeció a su equipo de trabajo en el Ministerio de Desarrollo Social y le dio su apoyo a al entrante ministro Cristián Monckeberg: «Muchas gracias a todo el equipo del @MinDesarrollo y a la gente que trabajó junto a mi. Mis mejores deseos a @cmonckeberg«

Asimismo, escribió a continuación que «nunca imaginé ser ministro y agradezco profundamente la oportunidad que me dio el Presidente @sebastianpinera de haberlo sido. Es tiempo de servicio, es tiempo de compromiso. Seguiremos haciendo todo lo posible para ayudar a las personas desde el lugar que el Presidente decida«.

En tanto, en horas de la tarde y luego de ser presentado por la Vocera de Gobierno, Karla Rubilar, los ministros Claudio Alvarado y Cristián Monckeberg sostuvieron un punto de prensa en La Moneda.

En este contexto, el nuevo ministro de la Segpres declaró que «soy un convencido de que diálogo conduce a puntos de encuentro, a que tengamos entendimientos en beneficio de las personas. En eso agotaremos todos los esfuerzos y pondremos lo mejor de nuestras capacidades», reiterando así la necesidad del diálogo y los acuerdos entre las distintas fuerzas políticas en tiempos de crisis por la pandemia de coronavirus en el país.

Resaltó además la necesidad de que «ningún sector político, no obstante sus diferencias, se margine de la construcción de un acuerdo. Que dejemos por algún momento nuestras diferencias y poder encontrarnos y construir soluciones«, aludiendo en este sentido al reciente descuelgue del Partido Radical de las negociaciones por un Acuerdo Nacional, valorando su concurrencia inicial y haciendo hincapié en que «no tengo dudas que cuando estemos en soluciones definitivas nos volveremos a encontrar«.

De esta forma, Alvarado subrayó que “el Congreso por naturaleza es lugar de debate donde temperatura de la discusión a veces es muy álgida. Esperamos tener la mejor de las relaciones. Hoy darse gustos políticos pequeños -y no avanzar y obstruir- la ciudadanía no lo acepta”.

Por su parte, Cristián Monckeberg agradeció confianza de Presidente de la República, comentando que el Mandatario le solicitó por una parte «fortalecer la red de protección social en lo inmediato, y seguir avanzando en red de protección social permanente para los años que vienen», y por otra parte colaborar en el «acuerdo de unidad con fuerzas políticas que beneficien a los cientos de chilenos».

En ese sentido, puso énfasis en que había que ponerse «a trabajar en lo que los chilenos necesitan, que es llegar con buenas respuestas en el momento que más lo requieren. En eso vamos a dedicar nuestros esfuerzos en los meses y semanas que vienen».

Asimismo se refirió a los cuestionamientos de la oposición al cambio de gabinete, indicando que se trata de «comentarios y frases que normalmente se repiten en cada cambio de gabinete», pidiendo que «a nosotros evalúennos según el trabajo que vamos a hacer”.