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«Reuniones, funerales y skate… Autoridades y personajes públicos deben ser los primeros en dar el ejemplo», escribió la presidenta el Colegio Médico, Izkia Siches, en relación al ya famoso funeral de Bernardino Piñera y al «paseo» en skate que realizó el concejal de Providencia Tomás Echiburú (RD) que resultó detenido por andar si permiso.
Por ello cobra relevancia lo que dice la subsecretaria de Prevención del Delito Katherine Martorell, quien constantemente advierte a los infractores de las normas sanitarias impuestas por el Gobierno señalando “No nos va a temblar la mano” para castigar y perseguir a los infractores, amenaza que a lo menos es solo para algunos y se torna una amenaza hueca ya que el principal ciudadano de la República no hace caso de sus propias instrucciones. Así las cosas, poco se le puede exigir a la gente que quebranta y no hace caso, si el ejemplo que debiera dar la máxima autoridad de la nación va en la línea contraria a lo que promueve.
Pero lo más complejo de esta situación, son las declaraciones de autoridades gubernamentales que aseguran que el Mandatario y su familia cumplió con los protocolos sanitarios en el cuestionado funeral del exobispo Bernardino Piñera. Las indesmentibles imágenes y video evidencian y demuelen las declaraciones de los funcionarios gubernamentales.
En esta misma línea, la fiesta callejera en Caleta Tumbes, en Talcahuano, no difiere mucho del funeral porque ambas actividades –con sentido muy distinto- son reprochables y sus participantes merecen la misma sanción.
Ahora bien, ¿la vociferante y mediática subsecretaria Martorell ahora repetirá su frase-mantra que “no nos va a temblar la mano” para sancionar a los Piñera por el funeral? o ¿solo sancionarán a los parranderos de Tumbes?