Desde el 18 de octubre los mal llamados Matinales de la TV Chilena, se transformaron de programas insulsos, faranduleros y de bajo contenido “edificante” a comentaristas de la actualidad nacional con opinólogos y analistas de dudosa expertise en temas sociológicos políticos e incluso neurolingüísticos, siendo sus principales “estrellas” -con poco brillo exministros, algunos parlamentarios, alcaldes y figurillas de la TV que vienen de vuelta. Y todos ellos caen rendidos ante la ¡magia de la televisión con su embriagador rating que eleva al mismo estrellato a sus participantes. Pero todo es una ilusión óptica, como las que se ven en el desierto.
El “espectacular” rating de los matinales es una farsa. Los datos oficiales de las audiencias de los matinales de la TV abierta en la semana del 4 al 8 de mayo indica que:
– Contigo de CHV: 8,1 puntos
– Bienvenidos C13: 7,3 puntos
– Mucho Gusto Mega: 6,3 puntos
– Buenos Días TVN: 6,2 puntos
Ilusión Óptica
Pero la sorpresa sería total una vez arribada la temida pandemia del Coronavirus, los Matinales han estallado en una suerte de éxtasis y han mutado a Matinales Epidiemiológico-social-político-pseudocientíficos con los mismos invitados de siempre y que muchas veces cruzan la frontera de la charlatanería.
Así alcaldes como Evelyn Matthei, Joaquín Lavín, Gonzalo Durán, Felipe Alessandri, por mencionar a los más “polillas” hacen gala de “profundos” conversatorios con panelistas que simplemente hacen de esta crisis sanitaria un show de mal gusto, que es abonado con la participación de parlamentarios expertos en lanzar “fuegos de artificio” con frases rimbombantes y alocadas hipótesis, que poco y nada aportan y muchas veces son más desinformaciones que certezas.
Pero como se trata de un show, los panelitas de estos programas azuzan el festín incitando a la “pelea” a la respuesta malévola que le saque chispas al contrincante, es decir degradando un tema serio a un lodazal.
Esta es lo que sucedió cuando el senador Iván Moreira escrupuloso cristiano dio que «yo desde el punto de vista cristiano puedo sentir que lo que está pasando es por algo, no es por obra y gracia el Espíritu Santo, es un CASTIGO DE DIOS», , pero se olvidaba de esa cristiandad cuando pasaba la “patena” pidiendo el “raspado de la olla” a los muchachos Penta.
En esta locura por aparecer en pantalla, este lunes 11 estuvieron la UDI María “Pepa” Hoffmann y el RD Giorgio Jackson que protagonizaron el cruce de palabras y frases cuñeras que serían replicadas por la “prensa política”.
El “altísimo” nivel de la discusión entre estos parlamentarios por el Ingreso Familiar de Emergencia en el 13 fue así:
“Me parece tan patético que cada vez que hay una propuesta desde el Gobierno, la oposición ha dicho que no y rechaza el proyecto. Es duro ver a algunos políticos jugar con algo tan básico de las necesidades de las personas”, dijo la diputada UDI
«Si yo digo son 10, va a salir Giorgio con mejor 20, porque no tiene la responsabilidad social que tenemos hoy día. En el ingreso familiar se fueron al extremo», agregó Hoffman.
«Es que Chile es extremo», respondió tajante Giorgio.
«En vez de hacer un show en el Congreso. En vez de hacer pataleta y negarse a votar, atrévanse a votar en contra del Ingreso Familiar, atrévanse a votar en contra de las personas que lo necesitan. Espero que no les dure el infantilismo y lo puedan votar», indicó Hoffmann.
Y obviamente Jackson respondió: «La línea de pobreza para una familia de tres personas es cerca de 360 mil pesos. Bajo esa cifra las familias viven en pobreza. Nosotros queríamos que fuera ese monto y por cuatro meses parejos hasta agosto», cerró el diputado de Revolución Democrática.
Pero todo queda en esta pantomima de show barato que pocos ven, ¿en vez de ir a tanto matinal y por qué mejor no se dedican a lo que están mandatados que no es otra cosa que legislar y legislar bien y a los señores alcaldes dejar de estar en los set de televisión y dedicarse a las urgencias de sus respectivas comunas? Porque los electores y vecinos no se enteran por la prensa como los políticos.
El rating qué es: Es un indicador de permanencia promedio que señala el número de telespectadores. En la medición clásica, un punto de rating equivale a 20.490 hogares y 66.002 personas.