En este 21 de Mayo, fecha en que se conmemora la heroica gesta de Arturo Prat y su abordaje al Huáscar en el Combate Naval de Iquique, el Presidente Sebastián Piñera usó la arenga del comandante de la Esmeralda para hacer un llamado a una “nueva normalidad” al pedir a la ciudadanía formar un “ejército de manos” para concurrir a trabajar de forma presencial a sus respectivas fuentes laborales.
La puesta no fue el el monumento-cripta a los Héroes en Valparaíso, sino desde el Salón Montt Varas en La Moneda, que esta vez lució el cuadro de Prat que recuerda el salto al abordaje en la cubierta del Huáscar y detrás el Ángel de la Victoria, con estos símbolo el jefe de Estado dio su discurso marcado por las palabras «guerra», «unidad», «heroísmo», «pandemia» y «Prat».
Así, en su habitual estilo (o más bien el estilo de quien le escribe los discursos) mezcló la historia, la anécdota y el mensaje político, usando el ejemplo del sacrificio de Prat y de su tripulación para el llamado a la unidad nacional y a enfrentar esta «guerra» contra el Coronavirus. En el fondo, está llamando a una tregua política ante una débil oposición, y quienes más critican al gobierno en esta forma de conducir esta «guerra» vienen justamente desde los propios aliados del Gobierno. Allí radica el mayor problema que enfrenta el Presidente, y no la oposición, porque esta -haciendo un juego alegórico con la Guerra del Pacífico- está en las alturas protectoras de la sierra, es decir hace rato dejo de presentar batalla.
Saludo a la Armada
El Mandatario envió un saludo a la Armada por el Día de la Glorias Navales, ocasión que no dejó pasar para referirse a la situación de crisis sanitaria que vive el país por la pandemia del COVID-19 que ha afligido a la población, especialmente a los sectores más desposeídos que en muchas comunas han salido a manifestarse por la lenta respuesta del Gobierno por la ayuda a sus necesidades más primarias como es la alimentación y el trabajo.
“Este sublime acto de heroísmo por Chile fue liderado por el capitán de Fragata, Arturo Prat Chacón, y cambió no solo el curso de la Guerra del Pacífico, cambió la historia de Chile y para siempre. Porque no solo los marinos de la Esmeralda siguieron a Prat en su valiente abordaje al monitor Huáscar, a Prat lo siguió la patria entera, lo siguieron todos los chilenos”, sostuvo.
En ese sentido, precisó que dicho acto de “heroico sacrificio transformaron una guerra, hasta entonces lejana, en una causa y en una misión del pueblo de Chile. El sacrificio heroico de Prat marcó a fuego el alma de Chile y relevó la voluntad y el temple de su pueblo, que enfrenta y no se rinde nunca ante la adversidad, que a pesar de todos los dolores y desafíos siempre sabe arremangarse las mangas, secar sus lágrimas, ponerse de pie y volver a caminar”.
Luego de pronunciar el notable discurso hecho por Prat a sus marinos antes de saltar al abordaje, el mandatario apuntó a que los chilenos “enfrentamos grandes adversidades y desafíos y una contienda desigual. Por una parte, la pandemia sanitaria del CORONAVIRUS, y por otro, la pandemia social de la recesión”.
“Hoy tampoco son tiempos para arriar nuestras banderas. Hoy también es tiempo de heroísmo y grandeza. Probablemente los chilenos de hoy no tendremos la oportunidad de mostrar nuestro heroísmo y el amor por Chile de la forma sublime en que lo hizo Arturo Prat en Iquique, entregando su vida por su patria. Pero todos tendremos la oportunidad de mostrar nuestro sentido de grandeza y amor por la Patria”, mencionó.
Sin embargo, Piñera no solamente se quedó con la arenga de Prat, sino que también recurrió a lo expresado por el entonces presidente Aníbal Pinto al Congreso Nacional al rendir su cuenta pública, indicando que “un pueblo que cuenta con hijos como los que han sabido morir gloriosamente en la Esmeralda, o como los que con tanta entereza y amor han combatido en la Covadonga, tiene sobrados motivos para confiar en que los reveses de la guerra no quebrantaran su valor, y que aún la superioridad del enemigo no le arrebatarán el triunfo”.
El uso del mensaje del Presidente Pinto de 1879
Asimismo, el jefe de Estado recurrió a otro pasaje de Pinto al señalar que “la guerra en que nos hallamos empeñados no solo reclama los esfuerzos de nuestro ejército y de una armada: reclama también el concurso leal y eficaz de todos los ciudadanos”, añadiendo que “reservemos para otra ocasión lo que pudiera calificarse de desacuerdos domésticos. Hagamos sentir a las otras naciones a quienes llame la atención la lucha en que nos hallamos empeñados, que cuando se trate de la honra del país y de su gloria, en Chile no hay disidencias de partido”.
Al respecto, señaló que en los duros momentos que atraviesa el país por la pandemia del COVID-19, “quisiera, recordando a Pinto, dar un mensaje de fe y de esperanza y pedir la unidad y colaboración de todos nuestros compatriotas”.
En ese sentido, llamó a la ciudadanía a derrotar las pandemias y recuperar “nuestras vidas” en el sentido de volver a lo que anteriormente denominó como “nueva normalidad”, arremetiendo con una convocación a “salir a trabajar, conformando un verdadero ejército de invisibles manos al servicio de todos”.
“Algunos entregando atenciones de salud y produciendo bienes y servicios esenciales para las familias. Otros, como los hombres y mujeres de la Armada de Chile, protegiendo nuestra soberanía, patrullando nuestros mares, aportando su personal y logística a la causa sanitaria, como el Buque Hospital Sargento Aldea en Talcahuano, controlando el cumplimiento de las medidas sanitarias, protegiendo la cadena de abastecimiento y nuestra infraestructura crítica. Algunos produciendo y distribuyendo nuestros alimentos, cuidando a nuestros niños y enfermos o simplemente cuidándose a ustedes mismos y cuidando a los demás”, arguyó.
Su alocución concluyó con que el “espíritu de Arturo Prat ilumine a los chilenos y que todos, unidos y colaborando, sepamos superar esta pandemia, dejar atrás este otoño e invierno de Pandemias, reencontrarnos con la primavera y volver a abrazarnos como un pueblo unido que una vez más, frente a la adversidad, supo arremangarse las mangas, secar las lágrimas, enfrentar las dificultades, ponerse de pie y volver a caminar por los senderos de nuestros sueños, destino y vidas”.