En el día de un nuevo aniversario del Combate Naval de Iquique, y en la capital de la Región de Tarapacá, teniendo a la réplica de la corbeta «Esmeralda» como fondo, el ministro de Salud Jaime Mañalich -una vez más- sacó a relucir el lenguaje militar con el que ha imbuido la lucha contra la pandemia del coronavirus en el país.
Así, y aludiendo al entorno especial en el que introducía a un nuevo balance por la situación el Covid-19, el ministro, cual general arengando a las tropas, manifestó que «en este contexto, de este lugar heroico, procedemos a dar otra batalla, una batalla dura, que ahora no están librando en nombre nuestro algunos embarcados en una nave bien precaria además, como lo era la Esmeralda original, sino que estamos todos embarcados en una lucha que no tiene precedentes en la historia reciente de nuestro país«.
Entregando una épica cada vez mayor, destacó a continuación que «estamos luchando contra un enemigo terrible, contra un enemigo que se infiltra en nuestras casas, que nos empobrece, que nos obliga a distanciarnos de nuestros seres queridos y nos produce incertudumbre, que nos produce una exigencia en nuestra red de hospitales, para nuestros funcionarios públicos, de esa luz que también se enferman, también sufre y que por eso queremos aprovechar la jornada de hoy para destacar y agradecerles siempre que vemos en ellos los nuevos héroes, la primera línea que no ha terminado apenas su cuarentena por una enfermedad y ya quieren volver a trabajar, con las mismas incertidumbres que tenemos todos los chilenos».
Seguidamente, Mañalich resaltó también algunas de las frases mencionadas por el Presidente (justamente el Comandante en Jefe de esta guerra) en su discurso del 21 de mayo, destacando especialmente las referencias al sacrificio por los demás, al citar que «él habla de la persona, del héroe, del que estuvo dispuesto a dejar a su familia a morir por la Patria y, como sabemos, no hay amor más grande que del que da la vida por los amigos, por aquellos a quien quiere, sus compatriotas en este caso. Y decía el Presidente «hoy todos podemos y debemos mostrar las mismas virtudes de grandeza y amor por la patria que mostró Arturo Prat, y la misma entrega y heroísmo que lo transformó en un símbolo glorioso e inmortal de nuestra patria y en nuestros corazones»».
Luego, volvió sus fuegos al frente interno, al señalar que «en este momento en que enfrentamos este enemigo, terrible, que nos ha pillado en unas circunstancias de ruptura social, de falta de confianza, de falta de respeto de los unos por los otros, de persecución de intereses a veces muy pequeños, el Presidente llama a la colaboración, a la cooperación entre todos y a actuar con unidad frente a un desafío tremendo«, aludiendo a los llamados del Mandatario para actuar con unidad entre los distintos actores políticos y sociales para enfrentar la pandemia.
Y concluyó este segmento introductorio reiterando que «son tiempos duros, son tiempos difíciles, pero reitero el llamado del Presidente: es el momento de olvidar nuestras diferencias y realmente, de buena fe y de corazón, colaborar todos, porque si alguien se resta de este esfuerzo vamos a perder todos; esto es una tarea de cada chileno y chilena, y es una tarea larga agobiante, llena de incertidumbres y temor (…) luchando por un mejor Chile y por ganar esta batalla después de 141 años de el Combate Naval de Iquique»
Luego dio el paso a su lugarteniente, el subsecretario Arturo Zúñiga (¿coincidencia que haya sido él, con dicho nombre evocativo, y no Paula Daza quien lo haya acompañado en esta jornada?) que pasó a resumir el balance de los heridos, de los caídos en la lucha, de la logística en el campo de batalla, y las penurias de las tropas en el frente de batalla.
Independientemente de las cifras y datos, si esta puesta en escena no hace reaccionar a los que siguen ignorando las recomendaciones y la realidad que enfrentamos, puede que esta lucha sea realmente dolorosa para todos los chilenos.