La subsecretaria de Salud, Paula Daza, pareciera ser que está haciendo suyo los discursos disonantes y rimbombantes del titular del Minsal, Jaime Mañalich, ya que el habitual punto de prensa de este jueves da la sensación de compartir la opinión respecto a que el COVID-19 podría mutar a “buena persona” con menos de 50 personas, en lugar de recomendar prohibir las reuniones con más de dos asistentes y con distanciamiento social. Dichos que en nada ayudan a que la gente tome real conciencia sobre esta enfermedad contagiosa, porque pareciera que el virus sólo se activa con más de 50 personas reunidas, algo totalmente rocambolesco.

La autoridad sanitaria fue consultada sobre la decisión del Seremi de Salud del Biobío, Héctor Muñoz, de levantar la prohibición de los cultos religiosos que fue aplicada cuando se conoció el brote de COVID-19 en San Pedro de La Paz en un recinto evangélico en marzo pasado en el sector de Boca Sur.

Hay que consignar que el Seremi es el fundador del grupo evangélico “Águilas de Jesús”, quien además ha sido conocido por su férrea oposición a las leyes de aborto e identidad de género.

Ante esta situación, Daza señala que “a nivel de nuestro país están absolutamente prohibidas todas las actividades que son más de 50 personas y por qué, porque sabemos que sabemos que cuando las personas están conglomeradas la posibilidad de contagio es mayor”,o sea ¿se puede interpretar que cuando hay menos gente el virus no se activa?, una soberana torpeza de parte de la subsecretaria.

“Respecto a la resolución de la autoridad sanitaria del Biobío, es ahí la importancia de modificar y de fortalecer una medida. Hoy día, independientemente de la causa, sea religiosa o no sea religiosa, el motivo no discrimina el virus, por lo tanto, aquí es muy importante que se fortalezca esta medida de prohibir todas las actividades, independientemente del motivo”, sostuvo.

En ese sentido, insistió en que todas las actividades que se realizan con más de 50 personas “son prohibidas y aquellas actividades, sean religiosas o no religiosas, de menos de 50 personas deben realizarse siempre y cuando se respete con la normativa del Ministerio de Salud que dice que tiene que mantenerse un distanciamiento social con todas las medidas preventivas”.

Sin embargo, la subsecretaria se olvida que las recomendaciones hechas por la OMS o por expertos apuntan a un distanciamiento social y evitar las aglomeraciones para evitar eventuales contagios de la enfermedad junto a otras medidas como lavado de manos, uso de mascarillas, entre otras.

En ese sentido, Daza se olvida que es mejor prevenir que lamentar y por tal motivo sería mejor, para la salud de las personas, el prohibir las reuniones de todo tipo, sean religiosas o no religiosas, porque creer que el virus mutará a “buena persona” es un eufemismo que solamente provocará un aumento de los contagios y, por consiguiente, un incremento de la cantidad de víctimas fatales.