Uno de los efectos beneficiosos -dentro de la tragedia que está provocando la pandemia por el Coronavirus– es que desde la paralización del mundo, las emisiones de gases de efecto invernadero cayeron un 30%, explicó el la Alto Consejo para el Clima, pero esto podría cambiar drásticamente al comenzar la reactivación.
La información la dio a conocer Corinne Le Quéré, profesora en el prestigioso Centro Tyndall de la Universidad East Anglia y presidenta del Alto Consejo para el Clima.
El informe «Clima, salud: mejor prevención, mejor curación» señala que «La crisis sanitaria de Covid-19 es una crisis global sistémica con múltiples ramificaciones sociales, económicas y financieras. La fuerte disminución de las emisiones francesas de gases de efecto invernadero resultantes de las medidas de confinamiento sigue siendo marginal y temporal. Es imperativo que la respuesta del Gobierno a la crisis de Covid-19 respalde las transformaciones estructurales que aceleren una transición justa hacia una economía baja en carbono, ya que fortalecerá nuestra resistencia a los riesgos sanitarios y climáticos».
Revise acá el informe completo del Alto Consejo para el Clima.
Por ejemplo en Francia, la caída en el tráfico vehicular, que representa el 31% en las emisiones anuales, explica en gran medida esta fuerte disminución. Se espera que el colapso del tráfico de automóviles represente el 60% de la disminución total actual, estimada en alrededor de 20 millones de toneladas equivalentes de CO 2 (MtCO2e) para el 11 de mayo.
Para todo el año, la disminución ya se evaluó entre 5% y 15%, o alrededor de 45 MtCO2e. Sin embargo, todavía existe una considerable incertidumbre con respecto al transporte para la segunda mitad y el final gradual del confinamiento.
Las 18 recomendaciones del Consejo del Clima
El Alto Consejo para el Clima establece 18 recomendaciones para aprender lecciones y salir de la actual crisis de salud. En particular, propone la creación de un sistema de alerta temprana, basado en el que se desarrolló en Sendai (Japón), para ayudar a los países pobres a ser advertidos de desastres naturales, en particular tsunamis y tifones. Sobre este mismo principio, Corinne Le Quéré, cree que deberíamos escuchar más a los denunciantes que confían en los datos científicos.
Un «plan de estímulo» deberá considerar los factores profundos de la situación actual, lo que conducirá a transformaciones profundas que respeten los problemas climáticos. Esta «recuperación» debe ser verde, no gris, maximizar los beneficios colaterales para el clima y los ecosistemas, y no debe bloquear las trayectorias intensivas en carbono. Deben reforzarse las sinergias entre el clima, el medio ambiente y la salud: lucha contra la contaminación y la deforestación importada, dietas saludables, evolución de los modos de transporte.
Sobre todo, para Francia, el Alto Consejo para el Clima sugiere no repetir los errores del pasado. En particular los adoptados después de la crisis económica de 2008-2009. En ese momento, «hubo demasiadas inversiones grises» que «estructuraron el mercado y los automóviles térmicos aumentaron sus emisiones hasta 2019» , recuerda el científico. Para impulsar la economía, se establecieron bonos de desguace, sin incentivos para vehículos con bajas emisiones, y se lanzó un plan de construcción de carreteras.
Para el futuro plan de recuperación, Corinne Le Quéré sugiere que «la respuesta del gobierno a la crisis de salud debe apoyar la transición baja en carbono» . Sin desear tomar una posición sobre la reciente financiación adoptada para los grandes grupos franceses en dificultades, la presidenta del Alto Consejo subrayó que aboga por una «estructura estimulante verde» . Además, recordó que «no hay soluciones técnicas para el transporte aéreo para lograr la neutralidad de carbono» .