Las declaraciones hechas el lunes por la subsecretaria de Salud, Paula Daza, de insistir en una “nueva normalidad” en el país en medio de la pandemia por el CORONAVIRUS, poco menos que llamando para poder reunirse para tomarse un “cafecito” con amigos, pero manteniendo la distancia social y usando mascarillas, no dejó indiferente a nadie que reclamó la eventualidad de nuevos contagios y hoy el ministro, Jaime Mañalich, insistió en este concepto que busca instalar el Gobierno para reafirmar la necesidad de retornar al trabajo, defendiendo de una forma muy particular los comentarios de su colaboradora en el Minsal, comentarios que no ayudan en nada a una ciudadaneía informada y que tome en serio las cada día más alocadas intervenciones de algunas autoridades.
“Efectivamente la subsecretaria Daza tiene una debilidad enorme por el café (risotada de fondo) y en ese sentido la comprendo”, sostuvo la autoridad sanitaria en el habitual punto de prensa en La Moneda para dar a conocer el balance que ha tenido el avance del COVID-19 en el país.
Incluso agregó en lo que puede ser catalogada como una defensa a la declaración de Daza que “puede haber múltiples ejemplos, puede ser ir a tomar cerveza, ir a comerse una empanada da lo mismo el ejemplo, lo que se trata es que efectivamente en la medida que se van liberando comunas, las personas puedan retomar con todos los cuidados que se ha dispuesto una vida un poco más normal”.
En ese sentido insistió en que es necesario retomar esta “nueva normalidad” anormal para que a las personas “los saque de su soledad, de su depresión, que puedan tener sus medicamentos, que puedan ir al consultorio, al control prenatal por ejemplo, que el paciente con cáncer pueda asistir a su tratamiento de quimioterapia y en ese contexto evidentemente guardando las distancias, usando mascarillas, lavándose las manos, el estar con una o dos personas en un lugar donde hay respeto de las distancias que se han señalado nos parece algo positivo”.
Y siguió ahondando en el tema con el ejemplo de las comunas o localidades que “han estado en un encierro que se han prolongado por dos o tres semanas, que no podían salir de sus casas, que no tenían certeza de recibir sus alimentos, sus medicamentos y en ese sentido con toda la responsabilidad que corresponde a aquellas comunas que se han ido liberando de este encierro tan duro con toque de queda en la noche, es evidente que tienen que tener alguna posibilidad de retomar en algo, en un pequeño aspecto algo de la vida normal en este estado que hemos llamado y que se va a prolongar como hemos dicho unos meses o años, en las cuales por el coronavirus no van a ser como era antes”.
