Cuatro grandes imágenes presidieron desde los alto la ceremonia de conmemoración de los 30 años desde el regreso a la democracia, encabezada por Sebastián Piñera.
Como si fuera el renacimiento, cual ave fénix, del manoseado «bacheletismo-aliancista» de Joaquín Lavín en 2007, ahora las fotografías de Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet observaban desde lo alto la puesta en escena que al actual administración había desarrollado para celebrar y conmemorar el 11 de marzo.
Pero no se trató de levantar las copas porque el actual Gobierno llegó (con todos los problemas de sobra conocidos) a la mitad de su camino, sino por la rememoración de un asunto de Estado, lo suficientemente destacable para esconder debajo de la mesa el segundo aniversario, aunque no por ello se desaprovechó la oportunidad para entregar mensajes en función del actuar del Mandatario y su equipo de trabajo desde La Moneda en este par de años.
Piñera, acompañado por la Primera Dama, fue recibido por un aplauso cerrado de los asistentes. Pero aquí jugaba de local: los invitados de la oposición rechazaron asistir al evento (organizaron su propio acto en la antigua sede del Congreso en Santiago para las 11 horas), salvo el ex ministro Belisario Velasco, quien a sus 84 años asistió cómo único representante de aquel gobierno de Aylwin que selló el retorno a la democracia., mientras se alineaban, entre otras las autoridades ministeriales, el presidente de la Corte Suprema, el Contralor General de la República, el Fiscal Nacional, el General Director de Carabineros, el Director de la PDI, y los presidentes de Chile Vamos, los cuales reflejaron en los asientos dispuestos por el protocolo la guerra civil que los envuelve: Mario Desbordes, de RN, y Jacqueline van Rysselberghe, por la UDI, lo más lejos posible uno del otro, separados por los cariacontecidos líderes del PRI y Evópoli.
Ya el video que se exhibió al principio buscó entregar las ideas fuerza por las que el Gobierno quiere fortalecer su legitimidad y actuación sobre la base de los 30 años de retorno a la democracia, haciendo hincapié en que «en estos pasillos buscamos la verdad y reconciliación», destacando como en este tiempo se fortaleció la democracia y se pudo reconstruir «nuestras historia» -acompañados de imágenes con todos los presidentes previos.
Asimismo, se destacó en la secuencia que en estos 30 años se abrieron la puertas de Palacio de Gobierno a todos, sin distinciones, «para que el mundo entero se sienta invitado», recordando además que se han vivido «momentos difíciles», como el 27-F o los grandes incendios, haciendo realce de la solidaridad de la nación y «que somos un pueblo unido». En esto último, se recordó que en Chile «se entona un solo himno y una sola bandera», acompañando dicho discurso con imágenes de próceres históricos emblemáticos asociados a la oposición como Pablo Neruda José Miguel Carrera y Violeta Parra.
Siguiendo en la búsqueda de símbolos, y teniendo sentados tras de sí a poco más de 30 «ciudadanos» de diversas extracciones, y recibiendo su discurso impreso de parte de una joven estudiante, el Presidente Piñera dio inicio a una intervención de media hora, a través del cual repasó la historia del quiebre y recuperación de la democracia, los avances del país en estos 30 años, los errores precedentes y de la actual administración que desembocaron en el movimiento del 18 de octubre, las vías de solución, el balance del Gobierno, el proceso constituyente y la apelación a las fuerzas políticas y sociales para sacar al país adelante.
Así, el Mandatario indicó que «es bueno aprender las lecciones de las últimas tres décadas y, por supuesto, las lecciones de los últimos cinco meses», precisando que «sé que hay muchas críticas, pero estoy convencido de que fueron 30 años muy fecundos para Chile (…) Eso no significa desconocer que durante esas décadas fuimos incubando muchas falencias» las cuales, en su juicio, han provocado «dolor en la población», ya que en el camino, aseguró, se descuidaron niños, adultos mayores, hubo falta de equidad, debilitamiento de las instituciones y el divorcio entre la ciudadanía y la política.
Por ello, expresó que «sin perjuicio de reconocer errores esta segunda mitad de nuestro Gobierno va a poner énfasis y darle mucha prioridad a las falencias, a las carencias, las sombras que como acabo de mencionar fuimos incubando y acumulando durante las últimas décadas. Y para eso vamos a seguir buscando a través del diálogo franco, con todos los sectores de la sociedad, los acuerdos amplios y sólidos que nos permitan avanzan con velocidad y seguridad hacia el cumplimento de la misión que está todavía pendiente».
Además, recalcó que «hay algunos que dicen que todo es insuficiente, incluso algunos hablan de migajas, yo quiero decir nunca antes en la historia de Chile se había hecho un programa social tan amplio, de tanta envergadura y que comprometa tantos recursos públicos como el que hoy estamos impulsando y espero con el acuerdo de todos los chilenos».
De este modo, afirmó que una lección de estos últimos 30 años era «incluir a los excluidos» para que «nadie se quede atrás».
En ese sentido, añadió que «hoy la patria nos pone nuevamente ante una encrucijada donde no podemos fallar», haciendo alusión también a la violencia que surgió tras el estallido, marcada por la quema de estaciones de Metro, por ejemplo, y al actuar policial, duramente criticado por organismo internacionales de derechos humanos.
En este sentido señaló que «cada vez que se han cometido abusos, excesos o no se han respetado los protocolos los hechos se han condenado y los antecedentes puestos en manos de la Fiscalía», mientras que en paralelo -añadió- las fuerzas de orden lo hacen con sumarios.
Siempre en el tema del orden público, el Mandatario también indicó que «hoy, en que nuevamente vemos nubarrones y amenazas al orden público, al Estado de Derecho, a la paz social, a la sana convivencia, a la marcha de nuestra economía e incluso a nuestra democracia, es urgente y necesario revivir y prácticas las mismas virtudes y cualidades que nos permitieron recuperar en forma ejemplar nuestra democracia hace 30 años».
Como parte de esta necesidad de superar las inequidades y reimpulsar el progreso, Piñera hizo un fuerte llamado al Congreso para sacar adelante los distintos proyectos de ley en trámite, destacando además tres nuevos proyectos que se enviarán al Congreso los próximos días: el primero, para combatir con mayor eficacia los abusos que significan las colusiones, los cárteles que abusan de los consumidores, en suma, para combatir y castigar mejor los llamados delitos económicos; el segundo, para fortalecer la capacidad del Estado de proteger los derechos de los consumidores; y el tercero para fortalecer la capacidad del Estado de fortalecer los derechos de los trabajadores.
Luego de su discurso, y volviendo a los símbolos, la joven alumna de 4 año básico de la escuela Fernando Alessandri, Maria Álex Colomenares, tocó tres campanadas simbolizando cada una de ellas una década de los 30 últimos años de democracia. También, el que jóvenes depositaran votos en una urna como símbolo del ejercicio ciudadano de elecciones libres y democráticas «que el país vive periódicamente». Finalmente, el Presidente y la Primera Dama entregaron medallas conmemorativas a trabajadores que han servido al Estado durante estos últimos 30 años.