En la conmemoración oficial del décimo aniversario del terremoto y maremotos del 27 de febrero del 2010, el Presidente Sebastián Piñera reconoció que «nos falta avanzar» en materia de prevención de este tipo de catástrofes, aunque, una vez más, volvió a dar una especial relevancia a su llamado a combatir y superar la violencia y «revivir el espíritu del diálogo y los acuerdos».
Como ha sido la tónica, especialmente en actividades contextos complejos, para esta ocasión el Mandatario hizo su despliegue en un entorno aislado -el OPV Piloto Pardo de la Armada de Chile en medio de la bahía de Concepción-, para prevenir eventuales manifestaciones contrarias a su presencia, dirigiéndose a un público acotado integrado entre otros por la primera dama, Cecilia Morel, los ministros de Defensa y Vivienda de Urbanismo, autoridades regionales, integrantes del Alto Mando naval, además de parlamentarias oficialistas como Francesca Muñoz (RN) y Jacqueline van Rysselberghe (UDI) y algunos familiares de las víctimas.
Luego de que se reprodujera un video con testimonios de aquella jornada, el Mandatario señaló que para él esta fecha significa dolor, pero también orgullo por la fuerza del país, afirmado que «nadie puede asegurar que la adversidad no va a volver a golpear a nuestro país, pero sí tenemos el deber y la obligación de asegurarles a todos nuestros compatriotas que cuando ello ocurra, vamos a estar mucho mejor preparados que como estábamos ese 27 de febrero del 2010″.
En ese sentido, enumeró gran parte de las políticas públicas que se implementaron después de la tragedia, como el Centro de Sismología Nacional; las modernizaciones del SHOA y la Onemi, y el Sistema Nacional de Alerta ante maremotos entre otras medidas.
«Hemos también hecho un esfuerzo gigantesco de educar y preparar a nuestra población, pero también es cierto que nos falta avanzar«, admitió el Presidente.
Sin embargo, el Presidente volvió una vez más a su discurso recurrente, llamando a condenar la violencia y superar el difícil momento que vive el país tras la crisis desatada el 18 de octubre del año pasado, señalando que “lo que hemos vivido en estos últimos cuatro meses también ha golpeado duramente el cuerpo de nuestro país. Pero no podemos permitir que debilite el alma de nuestro cuerpo, el alma de nuestra sociedad. Y por eso, como Presidente de todos los chilenos, democráticamente elegido, nunca me voy a cansar ni voy dejar en convocar a todos nuestros compatriotas de sacar lo mejor de cada uno de nosotros en los momentos difíciles que estamos viviendo”.
Seguidamente añadió que “necesitamos hoy más que nunca unidad, necesitamos hoy más que nunca condenar sin ninguna duda y ambigüedad la violencia y los violentistas, para poder recuperar el orden público, la seguridad ciudadana y el Estado de derecho. Porque la violencia solo destruye, causa dolor y solo daña el alma de nuestro país”.
Por ello, hizo énfasis en la necesidad «de unidad para poder impulsar agendas tan importantes como la agenda social, las pensiones, la salud, los ingresos. La agenda corta, los abusos y los privilegios, para poder asumir también los desafíos de este proceso constitucional que estamos viviendo como país, para revivir el espíritu del diálogo y los acuerdos. Y la historia nos demuestra que es con diálogo y acuerdos cuando avanzamos, y es con violencia y enfrentamiento cuando retrocedemos. Para poder fortalecer nuestra democracia”.
Finalizada la ceremonia, el Presidente Piñera y su comitiva se trasladaron a Concepción, para encabezar la reunión del Gobierno Regional del Bío Bío.