Los resultados de la última encuesta CEP confirmaron lo que una serie de estudios previos ya habían adelantado a los largo de los dos últimos meses: una caída brutal en la aprobación del gobierno de Sebastián Piñera, extensible también a todas las instituciones y mundo político.
Lo que es aun peor, todos tratan de encontrar explicaciones llenas de lugares comunes, culpables y soluciones vagas y genéricas, buscando, según dicen, representar a una ciudadanía que ya no cree en ellos.
Un Presidente que sólo llega al 6% (la cifra más baja alcanzada por un mandatario en toda la historia de la muestra estadística), o un Congreso que logra un irrisorio 3%, hablan a las claras que las principales instituciones de autoridad y legitimidad del país están peligrosamente en el suelo.
«Con mucha humildad, escuchando con atención los temas que está planteando la ciudadanía y haciéndose cargo de las demandas centrales que hoy forman parte del debate público. Creo que nadie puede sacar cuentas alegres, en medio de la crisis social más profunda del país, al menos desde el retorno a la democracia, era esperable, no por ello positivo, pero sí esperable, una crisis de confianza y legitimidad muy profunda institucional», señaló un ministro del Interior, Gonzalo Blumel, que insiste en que las prioridades centrales que la gente exige, como pensiones, salud e ingreso de las personas, están siendo trabajadas por el Ejecutivo, sin entender que, al igual que sucedió con la inicial exigencia de eliminar el alza de los $30 del pasaje del Metro, se trata apenas de una parte de un gran petitorio ciudadano que no ha encontrado real respuesta, mientras el Ejecutivo insiste además en entregar un protagonismo desmedido a una agenda de seguridad que, si bien es relevante, se ha llevado un excesivo y contraproducente protagonismo en la campaña comunicacional de La Moneda
El que, al menos, haya reparado en que «por primera vez en la historia de la encuesta todos los liderazgos políticos caen en su evaluación y caen muy fuerte y las instituciones política y no política llegan a un mínimo», sin embargo, no es suficiente, y denota además que la brújula y capacidad de respuesta del Gobierno sigue sin realmente encontrar su norte
Asimismo, el ministro secretario general de la Presidencia, Felipe Ward, apuntó a diluir las causas de la crisis, la responsabilidad que le cabe a la actual administración y el rechazo que genera la propia figura de Sebastián Piñera de forma transversal: «Hay que hacerse cargo de que esto está afectando a la política en general, esto no es contra un gobierno en particular, es una manera a través de la cual la ciudadanía reacciona frente a demandas que durante muchas décadas no han sido satisfechas por parte de los sectores políticos, de los distintos gobiernos que han estado a cargo (…) hoy día estamos nosotros a cargo, por supuesto que damos la cara, nos hacemos cargo de las soluciones».
Peor aún, el que señale que “estamos haciendo lo posible por sintonizar a través de políticas públicas y proyectos de ley por las preocupaciones ciudadanas», habla a las claras de una falta de seguridad en la propia gestión gubernamental.
Por otra parte, se ha hecho notoria la obsesión de la administración Piñera y el Segundo Piso de La Moneda en actuar de acuerdo a las encuestas como barómetro del éxito de la gestión.
En ese sentido, mientras Ward se aferra a recuperar cifras más positivas (o, a esta altura, menos malas), señalando que «estamos seguros que estos números los vamos a revertir”, Gonzalo Blumel recalca que «las encuestas no determinan la legitimidad de los gobiernos; los gobiernos tienen su legitimidad en un mandato popular, con elecciones que se realizan cada cuatro años y eso en definitiva delega el poder a la ciudadanía por parte de las autoridades», dando fe a comentarios de pasillo que hablan de cierto distanciamiento del ministro de las medidas que la oficina de asesores de confianza del Presidente le recomienda a diario.
«Que se vayan todos»
«Este es un problema general (…) aquí nadie tiene que escabullir su responsabilidad, ni hacerle el quite al bulto (…) el camino es más democracia, más acuerdos y hacer cargo de lo que plantea la gente», apuntó también el titular de Interior, agregando que son «voces minoritarias» las que plantean dudas sobre la continuidad del Gobierno.
En ese sentido, fue la secretaria general de Gobierno, Karla Rubilar, quien explicitó más claramente las críticas del Gobierno -durante su gira a la Región de Magallanes-, dirigidas en particular a personeros del Partido Comunista que abogan por la salida anticipada del Presidente Piñera del poder y que se adelanten las elecciones presidenciales y legislativas: «Lamentablemente, desde que me toca ser ministra vocera solamente he visto frases del Partido Comunista en intención de desestabilizar a este Gobierno, le pedía la renuncia desde el día uno del estallido social al Presidente, han pasado de acusación constitucional en acusación constitucional, de interpelación en interpelación, y yo la verdad es que creo que ellos al parecer no han visto sus propios números de aprobación».
Aquí hizo referencia directa al diputado PC Hugo Gutiérrez, el cual, a la luz de los resultado de la CEP, había señalado previamente que «hay que escuchar al pueblo (…) acá hay una exigencia de elecciones anticipadas, tanto de Presidente de la República como del Congreso Nacional. Nosotros también somos fuertemente criticados por la sociedad y tenemos que asumir esa crítica».
Pero buscando algún resquicio para sortear en parte lo mismo que pide respecto del Gobierno, el diputado comentó también que «lamentablemente los parlamentarios no podemos renunciar, pero si se nos impone la necesidad de tener una nueva elección, hay que hacer una nueva elección y hay que anticipar las elecciones».
En la misma línea, el diputado Gabriel Boric también fue enfático en comentar que «tiene que haber una reflexión respecto de si es sostenible continuar un mandato de dos años con estos niveles de desaprobación”, aunque del 3% del Congreso, ni una palabra.
Sin legitimidad, ¿qué hacer?
Para los analistas, este panorama no es alentador.
Gabriel Gaspar, analista y ex diplomático dice que «la encuesta CEP demuestra que el gobierno está aislado y carece de un mínimo apoyo social y político».
En ese sentido, y tras la crisis socio-político que afecta al país, detalló a Infogate que «el gobierno conserva la legalidad de su origen pero hoy carece de legitimidad respecto a la amplia mayoría de la población».
Más aún, y si bien comenta que el único camino para ello pasa por escuchar las demandas que surgen de la sociedad y entender la gravedad del momento, precisa que «la crisis también abarca a la mayoría de las instituciones del Estado, Por ello es urgente hacer todo para reconstruir la confianza entre gobernantes y gobernados».
Por su parte, el economista y académico Gonzalo Martner, comenta a Infogate que «la rebelión social desencadenada el 18 de octubre debiera haber generado un nueva elección frente a la magnitud de la crisis, como ocurre en Europa con los regímenes parlamentarios. Una variante es que Piñera hubiera generado una mayoría en el parlamento invitando al gabinete a otras fuerzas con un nuevo programa de gobierno. No hizo nada de eso y se produjo el desplome de su adhesión».
Ante ese panorama, Martner afirmó que «la muy baja popularidad pone ahora en cuestión su legitimidad», anticipando que «lo sensato sería que el parlamento reforme la constitución y adelante la elección presidencial y parlamentaria para octubre de este año».