El Senado de Chile y la mal llamada clase política parlamentaria encerrada en los horrorosos salones del Congreso de Valparaíso o en los desaliñados salones del viejo Congreso en Santiago, pareciera no darse cuenta de la aguda crisis en que está el país y que uno de los más criticados por su falta de sintonía con la realidad nacional, son justamente ellos: El Parlamento, pero «sus señoría» prefieren referirse con fuerza a problemas internos de otros países.
Es en este contexto que dan pie para catalogarlos como «Perdidos en el espacio» ya que por 16 votos a favor, 3 en contra y 1 abstención, la Sala del Senado aprobó el proyecto de acuerdo que “solicita al Presidente de la República que, si lo tiene a bien, condene el golpe de Estado ocurrido en el Estado Plurinacional de Bolivia y respalde todas las gestiones diplomáticas necesarias para promover la normalización de la institucionalidad democrática a través de elecciones libres y pluralistas.”, como si en Chile existiese normalidad desde más 50 días, pero prefieren fijarse en el problema boliviano antes que abordar con coraje la dramática situación de Chile que no funciona normal y donde la anormalidad es lo normal.
La dislocada iniciativa fue impulsada por los senadores: Isabel Allende, Carolina Goic, Adriana Muñoz, Ximena Órdenes, Yasna Provoste, Ximena Rincón, Carlos Bianchi, Alfonso De Urresti, Álvaro Elizalde, Guido Girardi, Alejandro Guillier, Felipe Harboe, Francisco Huenchumilla, José Miguel Insulza, Ricardo Lagos, Juan Ignacio Latorre, Juan Pablo Letelier, Iván Moreira, Alejandro Navarro, Jorge Pizarro, Rabindranath Quinteros y Jorge Soria, es decir toda la oposición y un UDI.
Los parlamentarios señalaron que “el domingo 10 de noviembre de 2019 el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Antay, y el vicepresidente, Álvaro García Linera, presentaron su renuncia a los cargos que detentaban democráticamente, tras recibir presiones de las Fuerzas Armadas del vecino país”.
Agregaron que “Morales, quien había persistido en su candidatura a la reelección, aceptó la recomendación de auditar las elecciones y luego, recogiendo las observaciones y recomendaciones del informe de auditoría elaborado por la Organización de Estados Americanos, anunció que se repetiría el proceso electoral que presentaba vicios en su realización, dando una salida institucional y democrática al conflicto”.
Puntualizó que “este proceso de rectificación ha sido interrumpido por un golpe de estado propiciado por las Fuerzas Armadas bolivianas y apoyado por las autodenominadas milicias cívicas, situación que pone en peligro las conquistas sociales de todo el pueblo y la integridad física de las autoridades que fueron electas democráticamente y de sus adherentes”.
Agregaron que “ante este escenario se hace necesario que la comunidad internacional, en su conjunto, condene firmemente el golpe de estado ocurrido en Bolivia, pues los quiebres institucionales no pueden ser aceptables bajo ningún pretexto”.
Puntualizaron que “de la misma forma, es urgente que los estados propicien las condiciones para entregar protección internacional a Evo Morales y a todas las autoridades y dirigentes sociales y políticos que han visto amenazada su integridad producto de este quiebre institucional”.