El Presidente Sebastián Piñera admitió este domingo la ocurrencia de violaciones a los derechos humanos por parte de Carabineros, pero respalda plenamente la labor de la policía para restablecer el orden público tras el estallido social y al general director Mario Rozas en su gestión para que hechos de este tipo no se repitan.
Así lo expone en una entrevista a La Tercera, en donde el mandatario se refiere a estos más de 60 días desde que se produjo el estallido social, las violaciones a los derechos humanos que ya han sido corroborados por organismos internacionales, entre otros.
Pero quizás lo que más ha llamado la atención es que el Madatario está convencido que la crisis o estallido social va la baja, lo que demuestra -nuevamente- la total desconexión con la realidad: «Nadie tiene una bola de cristal. Ahora, tenemos algunos desafíos inmediatos. ¿Qué va a pasar el 6 y 7 de enero, cuando se tenga que desarrollar la prueba PSU? ¿Qué va a pasar el 1 de marzo, cuando se reinicie en plenitud el año 2020? Hay muchos desafíos por delante. Le voy a decir dos cosas. Estoy convencido de que el año 2020 va a ser mucho mejor que el año 2019 y, además, estoy convencido de que lo peor de esta crisis ya pasó y ahora tenemos que hacernos cargo de aprender las lecciones para construir un país mejor entre todos», sostuvo Piñera en la estudiada y ordenada entrevista con La Tercera, el diario favorito del Segundo Piso de Palacio.
“Estoy de acuerdo que los atropellos a los derechos humanos son graves y que fueron reiterados. Pero quiero decir algo, tenemos 60.000 carabineros en nuestro país y, por lo tanto, no confundamos la acción condenable y repudiable de algunos, con lo que es la institución”, dijo el jefe de Estado.
Al respecto, agrega que “el tema de derechos humanos para mí es un tema extraordinariamente sensible, es algo que heredé de mis padres y por eso para mí es un tema que no solo tiene una dimensión ética y moral, sino que me afecta lo más íntimo. A lo largo de mi vida, el respeto a los derechos humanos ha sido un patrón de conducta permanente. Y por esa razón, yo lamento y siento cada una de las muertes, cada uno de los atropellos, pero también, y esto no es para equiparar, sino que simplemente para ponerlo en contexto, vivimos días de extrema violencia”.
Incluso asiente que tras conocer los atropellos a los DDHH visitó a las víctimas tanto de Carabineros como de la sociedad civil. “He visitado, también, víctimas civiles que sufrieron por esta violencia o por atropellos de los derechos humanos. Para mí, el atropello a los derechos humanos es algo condenable siempre, en todo tiempo, en todo lugar y en toda circunstancia”, asegura.
Consultado por la salida del general Rozas del mando de Carabineros, Piñera sostiene respaldar la labor de la policía y de quien está a cargo de la institución en el esfuerzo por lograr la paz social y las medidas adoptadas para que los funcionarios respeten el Estado de Derecho en el país y no se repitan más hechos de violaciones a los derechos humanos.
“De todos los carabineros o cualquier otro agente del Estado que ha estado involucrado en atropellos a los derechos humanos hemos puesto los antecedentes en manos de la fiscalía para que sean investigados y para que sean juzgados por los tribunales, y eso ha sido sin ninguna excepción”, señala.
Y a renglón seguido menciona que “hemos hecho cambios en el Alto Mando de Carabineros. Hace unos días, cambiamos al jefe de las Fuerzas Especiales y al jefe de la Inteligencia. Pero en esto hay que ser muy prudente y cuidadoso de cuál es la responsabilidad que le corresponde a cada uno. Tengo la firme convicción de que el general Rozas ha hecho todos los esfuerzos a su alcance para prevenir y evitar atropellos a los derechos humanos y que cuando estos han ocurrido ha hecho todos los esfuerzos para que esos casos no queden en la impunidad a través de sumarios internos de Carabineros y de poner los antecedentes en manos de la fiscalía y, posteriormente, de los tribunales”.
70 días de tensión
Piñera también sostiene que desde el inicio de la crisis social, “han sido días duros y difíciles, intensos, tensos, llenos de problemas y nos ha obligado a tomar decisiones muy difíciles. Afortunadamente, tengo una fortaleza física, intelectual, emocional que me permite no solo convivir con estas tensiones y presiones, sino que mantener la capacidad de actuar como Presidente. Pero he visto a mi alrededor mucho dolor y mucho sufrimiento. Por ejemplo, mi familia lo ha pasado muy mal…”.
El mandatario también explica que después del 18 de octubre “tomé la decisión de hacer un cambio de gabinete y cambiamos figuras muy cercanas, muy queridas en el equipo político y en el equipo económico-social. Las de ahora son personas más jóvenes, con más cercanía y empatía con la opinión pública. Y yo estimé que eso era necesario. Nunca es fácil, y para mí es algo que lo siento y que me duele, tener que pedirles la renuncia a ministros, con los cuales habíamos trabajado con lealtad, compromiso, cercanía, pero estimé que era lo que el país necesitaba”.
Desilusión de sus votantes
El jefe de Estado también habla de la desilusión que sienten las personas que votaron por él en las pasadas elecciones presidenciales por el cambio radical de su programa de gobierno, asegurando que entiende y comprende la frustración que sienten.
“Solamente puedo decir que como Presidente me ha tocado enfrentar una de las crisis más graves en la historia de las últimas décadas en nuestro país y una crisis que tenía manifestaciones muy distintas. Por una parte, una legítima demanda por avanzar más rápido hacia una sociedad con mayor justicia e igualdad”, añade.
E insiste en su discurso de “una ola de violencia sin límites, despiadada, que teníamos que enfrentar con los instrumentos que nos da el estado de derecho y la democracia. Cuando hay períodos tan difíciles en que el orden público se ve desbordado, en que la economía se resiente, es natural y comprensible que la opinión pública se sienta frustrada. Yo también me siento frustrado y decepcionado, pero no quebrado, por lo que ha pasado en nuestro país. Nosotros no hemos cambiado nuestros valores ni nuestros principios. Tampoco hemos cambiado la línea gruesa de nuestro programa. Lo que hemos hecho es, escuchando con atención, con buena voluntad y con humildad, lo que la gente nos ha pedido que es intensificar y priorizar aún más las demandas sociales de los chilenos”.
Reforma al sistema de pensiones y no eliminar la AFP
Piñera también se refiere a la situación de las paupérrimas pensiones que reciben actualmente los que jubilan de la vida laboral, entregadas por un sistema de capitalización individual que ha sido cuestionado y criticado por distintos sectores, los cuales exigen la eliminación de las AFPs.
En ese sentido, expresa la necesidad de realizar una “gran reforma al sistema de pensiones que favorezca a la clase media, a las mujeres, a los adultos mayores no valentes y eso lo vamos a plantear al país en los próximos días; que reestructuren la industria de las AFP, para que sea más competitiva, más transparente, más abierta y más justa…”.
Sin embargo, afirma que es necesario mantener el sistema de capitalización individual, porque “creemos que el ahorro previsional les pertenece a los trabajadores y queremos proteger ese principio, pero también entendemos que el sistema previsional tiene que incorporar niveles más grandes de solidaridad”.