Este lunes 30 de diciembre, el último del año y en día 72 desde que se inició el estallido social, la situación –como dijo el Presidente Piñera a uno de los medios regalones de Palacio- “Estoy convencido de que lo peor de esta crisis ya pasó y ahora tenemos que hacernos cargo de aprender las lecciones para construir un país mejor entre todos”, aseguró el Mandatario que deja entrever que le sigue faltando conexión con el Chile real, la misma falta de conexión que adolece la casi totalidad de la mal llamada “clase política”, que pareciera estar más preocupada de mantener sus cuotas de poder y posiciones antes que enfrentar con determinación la grave crisis que esta desmoronando el país, que hoy asume lo ANORMAL como NORMAL.
Desconectados
Pero la crítica a la desconexión con la realidad no es un problema del Presidente Piñera, sino que de todos los dirigentes políticos y parlamentarios que pareciera solo estar preocupados de mantener un sistema propio de las cortes del Siglo XIX, más aún, han dado muestra de egoísmo total al boicotear e invisibilizar iniciativas como la de la Asociación Chilena de Municipalidades que intentó –por boicot- buscar con realismo bajar la intensidad del conflicto, pero no lo logró porque –lo podemos asegurar- La Moneda y la cúpula del Parlamento pactaron el acuerdo del 15 de noviembre, que se tradujo en una negociación con los consabidos cupos partidarios, siendo que parte de la movilización social es justamente para terminar con este cuoteo que tiene visos de corrupción encubierta.
Entonces que el cuestionado presidente del PS, senador Álvaro Elizalde salga diciendo que el Presidente Piñera «no dimensiona que realmente está ocurriendo en el país, tenemos un desafío enorme que es dar respuesta a las demandas ciudadanas que se han expresado en las calles. Y el Presidente hace dos afirmaciones que van en un sentido contrario, primero señala que no va a modificar lo que es su programa de Gobierno e insiste en el concepto del sistema de pensiones fundado solo en la capitalización individual y un elemento de solidaridad y eso difícilmente va a resolver el drama de las pensiones», es una crítica hueca, porque el mismo senador socialista ha demostrado su total indiferencia con el conflicto social, porque no ha tenido voluntad política, igual que los demás dirigentes políticos, en dejar de lado sus ya debilitadas posiciones para, por una vez en la vida, poner primero los intereses de la gente por sobre los de su cúpula partidaria y la de las demás, porque en esta crisis, peleas más y peleas menos, los disminuidos partiditos políticos hacen defensa corporativa de sus ya cuestionados privilegios.
Similar crítica hace el que fue canciller y preside el minipartido PPD, Heraldo muñoz: el PPD, Heraldo Muñoz, planteó que «el diagnóstico del Presidente de la República carece de realismo al sostener que lo peor de la crisis ya pasó y que ahora toca aprender de las lecciones. Me parece que el Presidente está en un mundo paralelo”
Y tan desconectado como los demás, el presidente de la Cámara de Diputados (La institución con MÁS BAJA APROBACIÓN) el decé Iván Flores tuiteó: «Creer que las demandas sociales disminuyeron es no entender que #Chiledesperto y sin retorno. El único camino posible es trabajar paralelamente en reformas estructurales y en una #NuevaConstitucionParaChile que posibilite que aquellas reformas sean realidad», linda frase pero que no se hace realidad.
En la vereda del oficialismo la UDI se dio cuenta que la idea de la nueva Constitución significa el fin de ellos, porque esa Carta Maga –la original y parchada durante los gobiernos de la Concertación- fue elaborada por su máximo líder Jaime Guzmán. Y esta es la verdadera razón del atrincheramiento udi, significa su sobrevivencia, su razón de existir tras haberle dado la espalda a esos principios, cuando abandonaron a Pinochet.
Anormalidad ignorada
En este escenario de mundos paralelos, de agónicos salones de Palacio y del Congreso, la gente real vive el día día atormentada, asustada porque simplemente no sabe si llegará o no a su destino. Todo es incierto, pero para los que aún administran el poder “lo peor ha pasado”.
La mejor prueba de esta anormalidad-normal es como el transporte público cambia de rutas para evitar pasar por zonas como la destruida Plaza Baquedano, como el comercio y los pequeños locales están prácticamente tapiados y atienden en horarios dispares porque a diario, sí a diario, hay protestas y enfrentamientos en todo el radio Plaza Baquedano, Bellavista Parque Forestal hasta el puente Recoleta.
A diario barricadas en calles y avenidas como 5 de Abril, tramos de Ruta 68, tramos de Ruta 78.
El centro de Santiago, sigue siendo una zona de guerra, con comercio callejero que ha invadido los paseos Ahumada, Estado y Huérfanos.
En este escenario la gran prensa, la de los consorcios periodísticos como El Mercurio o Copesa y los canales de TV, excepto CNN Chile-CHV, en acuerdo con Palacio bajaron la cobertura de las protestas y optaron por las “tontinotas” y solo mostrar el lado delincuencial de estas manifestaciones: saqueos y demás.
Sería interesante que las autoridades políticas se dieran el tiempo para recorrer las calles de la ciudad y dejar sus autos escoltados para que por una vez vean la dramática realidad, realidad que es mostrada por la prensa extranjera e independiente y que por cierto es vista por la ciudadanía. Si piensan –en La moneda- que las entrevistas repetitivas que da el Mandatario permean a la ciudadanía, están muy equivocados porque sólo son vistas y comentadas por la misma caja de resonancia de siempre, pero no por la “inmensa” mayoría de los chilenos como diría el Presidente.
Imágenes de la ANORMALIDAD-NORMAL: