Ha sido casi una marca registrada presidencial el retrasar su comparecencia ante las cámaras en momentos clave durante estas semanas, dejando el protagonismo de los eventos a sus escuderos, como fue el anuncio de la disposición gubernamental a una nueva constitución, hecho por el ministro del Interior,  o los comentarios tras el acuerdo de los parlamentarios de Chile Vamos y la oposición sobre el proceso para elaborar la nueva carta magna, dejados a cargo nuevamente de Blumel junto a la vocera Karla Rubilar.

Así, más de dos días después de este último anuncio, el mandatario se dirigió al país, afirmando que como Gobierno han escuchado la voz de los ciudadanos y que en las últimas cuatro semanas Chile cambió.

“El pacto social bajo el cual habíamos vivido se resquebrajó”, resalto, sosteniendo que es necesario firmar un pacto social que cure las heridas.

“Todos debemos condenar la violencia, venga de donde venga, porque sabemos que la violencia sólo engendra más violencia”, enfatizó a continuación.

Seguidamente, el Presidente de la República agradeció a todas las organizaciones de la sociedad civil que no han dudado a sumarse a lo que calificó como “el camino de paz y unidad”.

“No habrá impunidad para violentos y los abusos”

El Mandatario reiteró su compromiso con los DD.HH. y afirmó que “no habrá impunidad”.

Y si bien expresó su pleno agradecimiento a las FF.AA., la PDI, Bomberos y Carabineros  diciendo que “en jornadas extenuantes y muchas veces violentas, arriesgaron sus vidas y su integridad física por proteger nuestras vidas y nuestras vidas”, no dudo en señalar que “lamentablemente, y a pesar del firme compromiso y de todas las precauciones que tomamos -no sólo el Gobierno, también nuestras Fuerzas Armadas y de Orden- para proteger los derechos humanos de todos, en algunos casos no se respetaron los protocolos, hubo uso excesivo de la fuerza, se cometieron abusos o delitos y no se respetaron los derechos de todos”.

Acuerdo por nueva Constitución

Sobre el  acuerdo alcanzado por los partidos oficialistas y la mayor parte de los de oposición, Piñera dijo estar seguro de que éste cuenta con un amplio apoyo de la ciudadanía.

En ese contexto, el Presidente agradeció a los parlamentarios que “lograron superar sus diferencias históricas” y “pusieron los intereses de Chile por delante”, agregando que “si la ciudadanía así lo decide, avanzaremos hacia una nueva constitución, la primera aprobada por la ciudadanía. Los ciudadanos tendrán la última palabra.

Sobre el final de su intervención, hizo hincapié en que “el desenlace de estas últimas 4 semanas aún no está escrito”, y que ello “va a depender de todos nosotros”.

Asimismo, llamó a “construir sobre roca y no sobre arena” el futuro del país y advirtió de los grandes costos que significarán las últimas cuatro semanas para la economía de Chile, como también  los peligros que puede implicar caer en los populismos y demagogias, “que solo conducen al dolor, en especial para los más necesitados”.

Y una vez más, dando gracias a Dios, el Presidente dio por terminada su intervención, fundiéndose en un abrazo con la Primera Dama antes de abandonar su exposición ante las cámaras. Al menos, al parecer, con mucha menor tensión en su rostro en relación a las difíciles cuatro semanas anteriores que ha enfrentado el país.