Este sábado y a 44 días de manifestaciones en too el país, la influyente agencia francesa AFP publica una completa crónica que repasa y proyecta los problemas que traerá a la economía nacional este estallido social.
El ataque a una subestación eléctrica en el norte del país y nuevos saqueos, junto a manifestaciones a las que se sumó un fuerte mensaje feminista, marcan este viernes la sexta semana de protestas en Chile, cuyo impacto comienza a minar la economía, seala AFP.
El Banco Central anunció el jueves una intervención por 20.000 millones de dólares, la mitad de sus reservas internacionales, para apuntalar el peso que ha alcanzado mínimos históricos.
En una jornada volátil, el peso chileno logró este viernes recuperarse un 2,3% para cerrar en 809,46 unidades por dólar.
«El dólar sigue con volatilidad, porque los mercados siguen muy especulativos respecto a la situación económica de nuestro país», dijo el ministro de Economía, Lucas Palacios.
El ministro explicó que la acción de la entidad emisora busca frenar «una sobrerreacción» del mercado que no refleja las sólidas bases macroeconómicas que ostenta el país.
Las protestas que estallaron el 18 de octubre han dejado 23 muertos. Miles de pequeños comercios y grandes supermercados han sido saqueados e incendiados a lo largo de la revuelta, que ha obligado también a los centros comerciales a bajar sus cortinas más temprano.
Los disturbios y la cancelación de varios eventos, como la cumbre de líderes del foro económico APEC, la cumbre del Clima Cop-25 y la final única de la Copa Libertadores, han tenido un fuerte impacto en el turismo, que prevé pérdidas de 938 millones de dólares, según empresarios del sector.
Las autoridades han dicho que el PIB de octubre podría caer en cerca de un 0,5% por las revueltas sociales.
Este viernes se sumó el final anticipado del fútbol local, sin terminar el calendario y con el Universidad Católica coronado como campeón.
En caso de extenderse las manifestaciones, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, dijo que podrían agregarse unos 300.000 desempleados a las cifras oficiales, que rondan el 7% de la fuerza de trabajo, equivalentes a unas 650.000 personas.
La producción manufacturera interanual se desplomó un 5,8%, por la disminución de la elaboración de productos alimenticios y de bebidas, de acuerdo al INE.