A pocos días del inicio de la COP25 y en medio de los llamados de que la próxima Constitución asegure derechos medioambientales, y con una serie de imágenes que exhiben el antes y el ahora de la laguna de Aculeo, Greenpeace denunció cómo el cambio climático, la sequía y la crisis hídrica están impactando de manera dramática extensas zonas de Chile.
Convertida hoy en una extensa superficie seca, la laguna de Aculeo, uno de los espacios recreacionales más visitados por los habitantes de Santiago hasta hace unos años, hoy tiene la fisonomía de un desierto con muelles fantasma y embarcaciones que descansan sobre la tierra.
“En este lugar que alguna vez fue una enorme y hermosa laguna hemos querido graficar los dramáticos efectos del cambio climático, los que se están manifestando con la peor sequía en la historia de Chile, aumento de las temperaturas, una dramática disminución de las precipitaciones, pero de manera especial el escaso resguardo constitucional que ha tenido hasta hoy el agua en nuestro país”, dijo Matías Asun, director nacional de Greenpeace en Chile.
Desde Greenpeace plantearon que los impactos de la crisis climática y desastres medioambientales se han vuelto peligrosamente cotidianos y cercanos.
“Ahora las inundaciones han llegado a las puertas de los hogares, hay casi medio millón de compatriotas que reciben agua en camiones y los incendios forestales acechan directamente a las grandes ciudades. Por eso es que la gente, especialmente los jóvenes, están exigiendo acciones rápidas y concretas a nuestros líderes. El tiempo se acabó y ya no es tolerable la falta de ambición climática para enfrentar la crisis que vivimos”, dijeron desde la oficina de Greenpeace en Santiago de Chile.
En este contexto, la ONG expuso que un claro ejemplo de esto es que Chile, país que seguirá presidiendo la COP25 en España, enfrenta hoy la peor sequía de su historia, mantiene las llamadas “zonas de sacrificio” donde miles de ciudadanos viven afectados por una contaminación crítica desde hace décadas y que el plan de descarbonización anunciado por el presidente Piñera está lejos de la ambición climática del país que lidera la COP25.
“En Chile millones de personas se han manifestado de manera pacífica para exigir mayor justicia social. Es evidente que muchas de las desigualdades que vive el país tienen importantes componentes medioambientales. Por eso es que la próxima Carta Fundamental debe reflejar las demandas de los millones de chilenos que reclaman pacíficamente por acciones urgentes y mayor ambición para hacer frente a la grave crisis climática que enfrentamos”, concluyó Asun.