El exparlamentario y extimonel de la UDI, Pablo Longueira, reapareció en temas políticos este domingo cuestionando la forma en que se diseñaron las preguntas del plebiscito que permita redactar una nueva Constitución y pone en duda el mecanismo de elección para los integrantes de una eventual asamblea constituyente.
A través de una carta a El Mercurio, Longueira vuelve a la arena política indicando que “creo que es necesario perfeccionar la pregunta del plebiscito. No considera todas las opciones”.
“Si gana la opción Sí, está claro que se parte de una hoja en blanco y también cómo funcionará el órgano para hacer una nueva Constitución. Si gana la opción No, no se cambia la Constitución actual. No hay constituyente. Es evidente que falta una tercera opción. Que gane el No y se constituya igual una constituyente”, expone el expolítico cuestionado por investigaciones en su contra por el caso SQM.
Longueira indica que “en síntesis, una opción en que no se parta de cero (el Sí), ni tampoco deje la actual legitimada (el No), con una mayoría simple. En el fondo, una opción en que nos podamos reencontrar muchos del plebiscito del Sí y No del año 88, rescatando lo mejor de la actual y consensuando sus cambios para legitimarla en un plebiscito”.
En tal sentido, propone que “se sorteen números para cada opción, eliminando las expresiones Sí y No, y que cada una de las alternativas esté muy bien definida respecto de cómo operarán para elaborar una nueva Constitución”.
“El país no resiste la incertidumbre jurídica de un proceso de dos años que perpetúa la actual o podemos terminar aprobando una Constitución Bolivariana. En abril lo más probable es que estemos con crecimiento negativo y dos dígitos de desempleo”, añade.
Composición del órgano constituyente
Longueira también aborda el tema de la composición que tendrá el órgano constituyente en caso que llegase a ganar la opción de redactar una nueva Carta Magna, indicando que “es fundamental que los 155 miembros del órgano constituyente no se elijan por distritos. Eso es absurdo”.
“Los partidos elegirán a los que tienen más votos. ¿Qué constitucionalista prestigiado estará disponible para ser candidato? Este último punto se soluciona muy fácil”, plantea.
En ese sentido, precisa que “se inscriben listas nacionales y se ponen en orden las preferencias de cada lista. Si una lista saca el 17% y le corresponden 26 cupos, son elegidos los primeros 26 nombres. Así los partidos podrán llevar buenos profesionales que de otra manera jamás irían a una elección popular”.
Y concluye con que “también queda resuelta la representatividad del órgano constituyente. Cualquier lista que obtenga un 0,65% elige a todo evento al menos un representante. La cifra repartidora será algo más baja que ese guarismo. Así se garantiza la máxima diversidad en el órgano responsable de elaborar la nueva Constitución”.