Por casi tres horas se extendió la reunión sostenida por el Presidente Sebastián Piñera con los ministros de Interior, Andrés Chadwick, y Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, junto al presidente de Metro, Louis de Grange, escenificada en un Palacio de La Moneda prácticamente bajo asedio por los incidentes que sucedían en la Alameda y con un ambiente a ratos saturado de gases lacrimógenos por la acción policial en las afueras.
El motivo no era menor, considerando que después de la reunión sostenida durante la mañana por los mismos ministros y el titular del Metro, la situación surgida por las evasiones masivas se había agravado enormemente, con las líneas completas cerradas, varias estaciones fuera de servicio, y el aumento de incidentes en las calles, a lo que se sumaba el progresivo colapso del sistema de buses de RED, al no poder asumir el enorme flujo de usuarios que repletaban los paraderos.
Así, luego del largo encuentro, en un tenso punto de prensa, y sin aceptar preguntas de parte de los medios, el ministro Chadwick anunció la invocación de la Ley de Seguridad del Estado en contra de quienes resulten responsables de los graves daños a la infraestructura del Metro, mientras De Grange adelantaba que muy probablemente la red de este transporte público estaría total o en su mayor parte cerrada durante este fin de semana.
En su intervención, el ministro manifestó que los incidentes que se han extendido a lo largo y ancho de la ciudad “son hechos de vandalismo que están organizados y ejecutados por grupos organizados y que han causado un daño enorme, gravísimo a nuestro transporte público y al Metro de Santiago”.
Por lo anterior, confirmó el reforzamiento de la dotación de Carabineros, y la invocación de la Ley de Seguridad del Estado “para todos aquellos que resulten responsables de causar daños en los bienes del Metro de Santiago y al mismo tiempo impedir que este pueda desarrollar normalmente su funcionamiento”, recordando además que establece severas penas para quienes resulten responsables de los graves incidentes.
Ante ello, Chadwick afirmó que “hoy son momentos de definiciones, de decisiones, de tomar opciones, y quisiera hacer una llamado a todos nuestros compatriotas a unirnos contra la violencia, contra el vandalismo y a trabajar juntos por la tranquilidad y el orden público (…) Podemos tener diferencias y discrepancias, pero hemos aprendido que ellas deben ser resueltas por los caminos de la democracia, con respeto y por los caminos de la paz”.
Tratando de parchar el caos
Por su parte, el presidente de Metro señaló que no descarta “que todo el servicio o parte importante de él no esté operativo este fin de semana”, poniendo énfasis en que el personal se encuentra desde la noche del jueves trabajando en modo 24/7 para apurar el restablecimiento del servicio, mientras se evalúan daños y plazos.
En ese sentido, la ministra Gloria Hutt precisó que los graves daños a la red de Metro han afectado sus instalaciones, estaciones, equipamiento y servicios complementarios
“Esto nos ha obligado a suspender las operaciones de las líneas 1, 2, 3, 4 y 6, mientras se realizan las reparaciones para recuperar el servicio. Es posible que durante la próxima semana recuperemos el funcionamiento normal en forma gradual”.
Para intentar subsanar en parte el deterioro del transporte público, la ministra explicó que “hemos dispuesto medidas de refuerzo con más de 700 buses que replican los trazados de las líneas afectadas, y adicionalmente 100 buses especiales para trasladar a las personas; en la medida que sea necesario incrementaremos esas cantidades para asegurar el desplazamiento básico”.
Masivos incidentes
El agravamiento de los incidentes quedó graficado a través de las redes sociales, donde se mostraba como manifestantes arrojaban una pantalla de TV contra la línea en estación Moneda; se denunció una universitaria de 18 años herida por perdigones disparados aparentemente por carabineros en Estación Central; disparos al aire de la policía uniformada en las afueras de estación El Llano para contener a los manifestantes, y el actuar de la policía mediante carros lanzaaguas y gases lacrimógenos para disolver las protestas, como también la agresiva acción de violentistas en diversas estaciones. Los incidentes obligaron a adelantar el término de servicio del Metrotren, varias de cuyas estaciones debieron ser cerradas en diversos instantes durante la jornada por los actos de violencia.
Y mientras el perímetro en torno al Palacio de La Moneda era cerrado, en las cercanías de Plaza Italia ya se registraba el incendio de un bus del sistema Red por parte de violentistas, iniciándose alrededor de las 20.30 horas un masivo cacerolazo, en medio de diversos cortes de camino por barricadas a lo largo de la Alameda y diversas vías en todo el Gran Santiago.