Y ya sin el peso de la mochila del cargo y de las intensas jornadas de movilizaciones a lo largo del país, Andrés Chadwick fue el primero de los salientes rostros del gobierno en dar la cara ante la prensa. Con una voz a veces entrecortada, y una cara que denotaba sus sentimientos a la hora del adiós de su cargo.

Y es así que, en la despedida, pidió perdón por no desempeñarse bien o haber fallado, en medio de críticas masivas  de la oposición y de la ciudadanía movilizada, acusado por la acción de las Fuerzas Armadas y de Orden durante el Estado de Emergencia, o por la falta de pronta reacción al inicio del conflicto.

“En lo personal bien, tranquilo, he querido siempre poder cumplir mi deber con el mayor de mis esfuerzos; si no lo he hecho todo lo bien o he fallado, pido disculpas porque lo único que he querido es trabajar acompañando y sirviendo a mi país”, señaló en medio de la algarabía de los medios.

Chadwick declaró que “como lo ha señalado el Presidente de la República, con el cambio de gabinete se ha buscado reforzar un equipo para iniciar una etapa que es distinta, una etapa en la que el Presidente ha señalado que Chile ha cambiado, y el Presidente y el gobierno han sabido escuchar a la población, a la gente , para poder priorizar, aprender, enmendar rumbos y poder responder con cosas concretas esa necesidad que las personas han expresado en distintas ciudades del país, esa necesidad de mayor justicia, mayor equidad, de que sean escuchadas y que puedan tener un mejor bienestar, y mayor dignidad”.

Sobre la responsabilidad política que pueda caberle a causa de su gestión de la crisis de estos días, comentó que “el momento de la autocrítica uno la hace personalmente y la hará públicamente; ahora el momento es lo que dice el Presidente: abrir puertas, abrir esperanzas y poder responderle a la gente”.

Ese fue el adiós del primo del presidente Piñera, su mano derecha como ministro del Interior, y ahora simple ciudadano, Andrés Chadwick.