El poderoso huracán Dorian prácticamente se detuvo sobre las Bahamas el lunes, prolongando la agonía mientras las crecientes aguas y los fuertes vientos arrasaban las comunidades de las islas, donde se cobró al menos cinco muertos, en tanto provocaba evacuaciones masivas en la costa este de Estados Unidos, informa un cable de AFP.
El huracán se debilitó ligeramente el lunes y pasó a categoría 4, pero según informaron las autoridades meteorológicas de Estados Unidos, continúa representando una seria amenaza, señaló el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
A pesar de este debilitamiento, las autoridades de EEUU han dado orden de evacuación en Florida, Georgia y Carolina del Sur, en tanto American Airlines informa que ha cancelado 375 vuelos hasta el miércoles debido al huracán Dorian.
En una conferencia de prensa en la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias en New Providence, el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, confirmó al menos cinco muertos y al menos una veintena de heridos y describió a Dorian como una «tragedia histórica» para el archipiélago.
«Salgan AHORA»
El NHC también advirtió que «el huracán se moverá peligrosamente cerca de la costa este de Florida esta noche (lunes) hasta el miércoles por la noche, y luego peligrosamente cerca de las costas de Georgia y Carolina del Sur en la noche del miércoles y el jueves», dijo.
Florida, Georgia y Carolina del Sur ordenaron la evacuación obligatoria de cientos de miles de residentes de la costa a partir del mediodía del lunes.
«Si está en una zona de evacuación, salga AHORA. Podemos reconstruir su hogar. No podemos reconstruir su vida», dijo el gobernador de Florida, Rick Scott, en Twitter.
Joe Lewis, un veterano de la marina de 41 años de Florida, se hizo eco del sentimiento mientras aseguraba un aire acondicionado en su casa rodante en Jensen Park, una de varias en el área que estaban casi vacías.
«No importa si tengo una casa de un millón de dólares. La dejaré. Mi vida es más importante», dijo mientras se preparaba para unirse a otros residentes de Florida que escapaban de la tormenta.
En la cercana Santa Lucía, Dan Peatle, de 78 años, también había huido de su comunidad de retiro para refugiarse en un hotel.
«Me enferma. No me gusta», dijo a la AFP mientras salía a tomar aire antes de que se acercara la tormenta.
«He pasado por siete u ocho desde que he estado en Florida, desde el ’73. Y son todos iguales, ya sabes. Rompe todo, vuelve a armarlo».
La costa este de Florida está protegida por «islas barrera», islotes alargados que corren a lo largo de la costa, que deben ser evacuadas obligatoriamente.
Pero algunos aprovechan hasta el último momento para ir a ver al mar antes de que las islas queden incomunicadas: oleaje, fuerte y agitado, bruma en el horizonte, lluvia intermitente y el viento levantando remolinos de arena.
«Es hermoso… La arena, el viento… es glorioso», comentó Jed Guty, un colombiano que no quiso decir su edad porque es «muy viejo» y ha pasado por varios huracanes.