Aumentar impuestos, entre ellos los permisos de circulación de vehículos, los de cigarrillos, alcohol, a las viviendas de lujo, a la renta de los más ricos, son algunas de las propuestas aprobadas en el Congreso Ideológico y Estratégico del Partido por la Democracia (PPD), realizado en julio. En el documento que contiene la conclusiones del debate, el PPD reconoce que no fue capaz de cambiar al ritmo del cambio de la sociedad chilena y que debe reinventarse para borrar el abismo que se ha formado entre los políticos y las personas. Y con esa meta, la colectividad decidió definirse como un partido «progresista de izquierda democrática y liberal, que tiene como orientación central ser feminista, verde y de futuro».
Para explicar lo que significa ser de izquierda y liberal al mismo tiempo, el PPD hace una dura crítica a la llamada izquierda tradicional, a la que acusa de poseer tendencias autoritarias, ser machista, homofóbica, centralista, depredadora del medio ambiente, y que solo persigue la redistribución de los ingresos, sin enfocar el cómo crear riqueza.
El documento advierte que la institucionalidad elitista de Chile entró en crisis y que paralelamente asistimos al estancamiento del desarrollo económico en el marco de la economía globalizada y a una crisis ambiental por el cambio climático. Las salida para ello serían una nueva Constitución Política, un nuevo acuerdo económico social, donde el PPD imagina un Estado más fuerte, y una sociedad sustentable ambientalmente.
Los PPD creen que su aliado natural son los socialistas «y otras fuerzas» que no mencionan, pero dejan fuera tanto a la DC como al Frente Amplio. Con el PS aspiran a impulsar una «sociedad del bienestar y la solidaridad alternativa a la sociedad de mercado» imperante «que ponga en el centro al ser humano y no al capital». La materialización de esta sociedad requiere pasos, entre ellos un «pacto económico de futuro» para enfrentar «el nuevo mundo de la automatización, la innovación y el capital digital». Y el aprovechamiento de las condiciones naturales del país para generar energía con la radiación solar y el desarrollo de una industria del litio.
Entre las medidas concretas que propone el PPD para el país están reducir la jornada laboral a 40 horas semanales para fomentar la vida familiar y el ocio. En materia ambiental, se comprometen a prohibir la circulación de vehículos a gasolina y diesel en 2035 y sustituirlos por coches eléctricos, reducir en 20% el consumo de carne en el país. En cuanto a libertades individuales, el partido postula el derecho a la eutanasia «regulada, asistida e informada» ante enfermedades incurables o invalidantes.
Para financiar un estado de bienestar, el PPD propone una nueva reforma tributaria que «reponga el impuesto a viviendas de lujo, aumento de impuesto a la renta a los sectores más ricos de la población, aumentar impuestos a los cigarrillos y alcohol aumentar 1% el costo de los permisos de circulación para financiar políticas de infancia».
