Este domingo Carlos Peña, escribió una columna-análisis en la que abordó la fallida marcha anti Nueva Ley de inmigración en la se que sostiene: «La idea de que los migrantes despojan a los chilenos de oportunidades y les disputan el empleo u otros bienes como la salud, motivo por el cual los verdaderos patriotas debieran oponerse a la entrada de inmigrantes, no solo es una falacia y una mentira, es un simple disfraz para algo más peligroso y más profundo: la xenofobia, el miedo atávico y tribal a quien viene de un sitio distinto y pertenece a otra cultura».
Este lunes la redacción de Infogate.cl, recibió la carta respuesta a lo expuesto por Peña del reconocido historiador Rafael Videla Eissmann que título : «Contra Chile»
«En su “Defensa de la inmigración” publicada en el diario El Mercurio de Santiago (11 de Agosto de 2019) y en infogte.cl, Carlos Peña expresa que “los movimientos antimigración son (…) un error moral y político”, y “la vieja idea de la nación como un pasado compartido, un origen común para todos los que habitan un determinado territorio, un origen que se hundiría en la noche de los tiempos, una hermandad inmemorial, es una tontería obviamente falsa, una simple fantasía, que debe ser sustituida (…) por la idea de la nación como un conjunto de personas con un futuro común”.
El error moral y político en realidad es promover la destrucción de nuestro país.
La verdadera tontería es creer en el “globalismo” y en la dialéctica oportunista del liberalismo y del “futuro”. ¿Qué “futuro”?
¿Conocerá Peña el sentido de nación definida por Johann Gottfried Herder y Johann Gottlieb Fichte en “Discursos a la nación alemana” (1808) o repite sólo las tendenciosas líneas del psicoanálisis y del marxismo cultural?
Peña ignora –aparentemente también–, que fue el nacionalismo –el “espíritu patriotero” en sus palabras– lo que impulsó a Arturo Prat y a los Héroes de la Concepción a la defensa de Chile.
Definir al nacionalismo como una “estupidez” es una insolencia y una afrenta contra la mayor parte de los chilenos –y de los pueblos en general– que tienen consciencia de su origen y su identidad. Por lo demás, Peña se limita a repetir localmente la astuta monserga de la ideología globalista que promueve el fin de los estados nacionales y de Occidente», remata la reflexión de Videla.