Ataer Holdings, vehículo inversor del Fondo de Asistencia de las Fuerzas Armadas de Turquía (OYAK), ha suscrito un acuerdo de exclusividad con los administradores concursales de British Steel, el segundo mayor productor británico de acero, para llevar a cabo los últimos trámites que permitan cerrar la compra de la compañía británica, declarada en liquidación el pasado 22 de mayo por los tribunales del Reino Unido.
Durante este periodo de exclusividad, el fondo otomano llevará a cabo negociaciones con clientes, proveedores, empleados y sindicatos sobre el futuro de British Steel, así como la correspondiente due diligence, que espera completar el próximo mes de octubre, por lo que el traspaso de la propiedad se cerrará antes de final de año.
«Hemos alcanzado uno de los mayores logros de la industria siderúrgica turca con la firma de un acuerdo preliminar para la compra del gigante de la industria británica, British Steel», declaró el manager general de OYAK, Süleyman Savas Erdem, quien indicó la voluntad del grupo otomano de seguir evaluando oportunidades de inversión globalmente.
«La adquisición de British Steel bajo el paraguas de Ataer representa el primer paso en los planes de futuro de nuestro grupo. Nuestra prioridad será incrementar la capacidad de producción e invertir en la producción de acero de British Steel», añadió.
El pasado mes de mayo, British Steel, que da empleo de manera directa a 5.000 trabajadores y a otros 20.000 de forma indirecta, fue forzada a declararse en «liquidación» por el Tribunal Supremo del Reino Unido, después de que fracasasen las negociaciones con el Gobierno para una ayuda adicional a la compañía, en dificultades a raíz del ‘Brexit’.
La quiebra de British Steel, comprada en 2016 por Greybull Capital a la india Tata Steel al precio simbólico de 1 libra esterlina, tuvo lugar como consecuencia de que la compañía no lograse una nueva inyección de fondos públicos, de alrededor de 30 millones de euros, después de que el Gobierno del Reino Unido hubiera concedido a la empresa un crédito de emergencia de 120 millones de libras (136 millones de euros) para hacer frente a los costes de las exigencias medioambientales de la UE.