Incendios forestales devoraron más de 400.000 hectáreas de bosques, cultivos y pastizales en el oriente de Bolivia, aunque no han provocado víctimas fatales ni evacuados, informaron el lunes las autoridades.
La región más afectada es Santa Cruz, 540 kilómetros al sureste de La Paz y motor agroindustrial del país, cuyo gobernador Rubén Costas declaró la zona de desastre.
Los vientos fuertes y un aire seco por la ausencia de lluvias propagaron el fuego que comenzó hace cinco días con quemas provocadas por los agricultores para habilitar nuevas pasturas y que se salieron de control, según Costas.
“No podemos seguir jugando con fuego”, dijo.
El Presidente Evo Morales anunció que el lunes hará un sobrevuelo por la zona y dispuso que helicópteros se sumen a la tarea para evacuar a personas en riesgo. “Lo importante ahora es evitar el daño humano”, dijo.
Soldados, policías y voluntarios buscan impedir el avance de las llamas que ya afectan una parte de la reserva natural de Tucavaca, al este de esa región.
Tania Gutiérrez, de la Autoridad de Bosques y Tierras, dijo que los incendios han devorado 470.000 hectáreas.
“A todo pirómano, quemador irresponsable lo vamos a aprehender y lo entregaremos a las autoridades”, dijo el director de esa oficina gubernamental, Cliver Rocha.
Organizaciones ambientales atribuyeron las quemas -que son habituales en esta época- a la ampliación de la frontera agrícola y al escaso control de las autoridades.
En 2018 hubo más de 35.278 quemas que arrasaron 694.169 hectáreas en todo el país, según informes oficiales.
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— RedClimáticaMundial (@Alerta_Noticias) August 18, 2019