Un grupo anarquista se adjudicó este lunes al atentado explosivo contra la 54 Comisaría de Huechuraba, en donde resultaron heridos ocho carabineros, y del paquete con dinamita enviado al exministro Rodrigo Hinzpeter, anunciando de paso que ampliarán los “límites de ataques”.
A través de un comunicado publicado en la página web https://es-contrainfo.espiv.net/, los responsables de los explosivos reivindican los paquetes bombas al extitular del Interior del primer Gobierno de Sebastián Piñera y contra el mayor de Carabineros Manuel Guzmán, el principal lesionado en el ataque contra la unidad policial en Huechuraba.
Este es el texto íntegro del grupo anaquista:
“OPERACIÓN POR LA EXPANSIÓN DE LAS HOSTILIDADES A LOS VERDUGOS
Reivindicamos el envio de dos paquetes bomba compuestos de pólvora negra y dinamita dirigidos a Rodrigo Hinzpeter y al Mayor de Carabineros Manuel Guzmán de la 54 comisaria de Huechuraba.
Tomamos todas las medidas de seguridad necesarias para que los artefactos estallaran únicamente en las manos de las personas objetivos de nuestra acción. Nuestros enemigos son claros, no nos interesa ni buscamos dañar o herir a cualquier persona. Aun cuando sabemos que todos somos parte del funcionamiento del dominio, reconocemos que existen grados de responsabilidad y los destinatarios de nuestros envíos explosivos cuentan con un papel determinante tanto en la gestión y acumulación del capital como en el control y la represión estatal.
Son ellos los que toman decisiones fundamentales en el fortalecimiento de la opresión. De eso no hay duda, y es por esas opciones que los atacamos en sus lugares de operación.
Rodrigo Hinzpeter, ministro del interior del anterior gobierno de Sebastián Piñera, encargado de desatar la represión a comunidades mapuche en lucha, a entornos anarquistas y a sectores estudiantiles movilizados y radicalizados en el fragor de la lucha callejera. Carga con los cadáveres de Manuel Gutierrez, los 81 presos de la cárcel San Miguel y los heridos de las revueltas de Aysen y Freirina. Actualmente cuenta con un puesto directivo en el grupo Quiñenco perteneciente al infame grupo Luksic cuyos tentáculos se expanden en cada vez más ámbitos desde bancos hasta canales de televisión, transformando nuestras vidas en mercancía y valor transable.
Junto con lo anterior esta mafia empresarial planifica desde estos centros operativos, hoy vulnerados, la devastación de la tierra y el asedio a las comunidades mapuche por medio de sus forestales.
Manuel Guzmán, mayor de carabineros de la 54 comisaria de Huechuraba, cuartel policial encargado de reprimir y controlar el territorio donde en el año 1998 sus antiguos colegas asesinaron a la compañera anarquista Claudia Lopéz durante los enfrentamientos callejeros de septiembre.
Cualquier comisarÍa es un objetivo válido. Sus uniformes continúan tenidos de sangre rondando cada rincón de la ciudad, resguardando a nuestros enemigos utilizando el matonaje contra cualquiera que se salga de este campo minado de prohibiciones en que han transformado el mundo. Es justamente en las comisarías donde los verdugos dan rienda suelta a la orgía de tormentos y golpes contra los detenidos.
Los vemos aparecer con una bravuconería absurda ocupando militarmente espacios de combates actuales, como son los liceos. Ya lo intentan en poblaciones o escenarios de enfrentamiento callejeros refugiándose en sus leyes. Pero las ansias de libertad desbordan con fuego cualquier obediencia a la autoridad y su orden.
La sociedad policiaca y carcelaria es una realidad. Cualquier acción en su contra es completamente válida.
Esta operación de dos ataques con explosivos son un claro acto de venganza y guerra contra individuos específicos que sostienen y dirigen este mundo. Sus actuaciones no quedaron en el olvido. Respondemos mediante la acción violenta anárquica que se enmarca y es un aporte a la nueva guerrilla urbana.
Con estos actos retomamos una herramienta histórica de la confrontación anarquista que ha sido utilizada por diferentes compañeros y grupos en otros lugares y épocas.
Aun resuenan los estallidos de los paquetes bomba utilizados por los anarquista irreductibles en EEUU durante 1920, el paquete con explosivos enviado al carcelero responsable de las torturas al anarquista Simón Radowitzky en Argentina o los ataques durante las últimas décadas en Italia y Grecia.
Entendemos que la única forma de permanecer vivos es golpeando a los opresores. Sabemos que el Poder no caerá con estos ataques, pero no por eso nos quedaremos de brazos cruzados. Golpeamos porque no contemplamos la pasividad ciudadana en nuestras vidas. Nos alejamos de las estructuras formales de combate para tomar en nuestras manos, reunidas en afinidad, el placer del ataque.
Junto con los explosivos este envio contiene un caluroso abrazo para robar una sonrisa a quienes están secuestrados por el Estado: Juan Aliste, Marcelo Villarroel, Juan Flores, Joaquín García, Sol Vergara y a los prisioneros de las cárceles de Italia, Grecia y Rusia. No los olvidamos.
Buscamos contribuir al enfrentamiento multiforme al Poder. A quienes fabrican molotovs, planifican ataques, preparan barricadas y corteas de calle, construyen explosivos, chequean próximos objetivos, dedican tiempo e imaginación para nuevas arremetidas contra el dominio. El llamado es a extender y cualificar los alcances de nuestras incursiones ofensivas.
Los poderosos son de carne y hueso, son identificables, vulnerables y destruibles… Vamos por ellos.
Ampliemos nuestros límites de ataques: Siempre podemos ir por más.
¡Desatemos las hostilidades destructivas!
CÓMPLICES SEDICIOSOS /FRACCIÓN POR LA VENGANZA”