Estados Unidos y sus aliados latinoamericanos están preocupados por la situación de Venezuela y su impacto en la seguridad de la región y por eso realizan vuelos de vigilancia “totalmente profesionales” para entender mejor lo que está sucediendo en la nación sudamericana, señaló el jefe del Comando Sur el sábado, casi una semana después de haber denunciado que una aeronave venezolana de fabricación rusa interceptó de manera insegura uno de tales aviones de reconocimiento.
“Estamos focalizándonos en lo que está sucediendo y tratando de entender lo que pasa para poder ayudar a llevar paz a la gente de Venezuela”, expresó el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, a The Associated Press. Con respecto a los vuelos de reconocimiento, agregó que “hemos sido totalmente profesionales, una marcada diferencia con las acciones del régimen de Maduro”.
Faller ofreció sus declaraciones en una breve entrevista con la AP en el puerto de esta ciudad vecina de Miami, donde la Marina estadounidense presentó un nuevo buque de guerra. Sus comentarios tuvieron lugar luego que el Comando Sur revelara la semana pasada que un avión militar de reconocimiento EP-3 fue interceptado de manera “no profesional” por un cazabombardero Sukhoi Su-30 de la Fuerza Aérea de Venezuela a una distancia insegura, una maniobra que puso en riesgo la vida de la tripulación y la misión de la aeronave.
El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro informó que el sistema de defensa aeroespacial de su país detectó e interceptó al avión estadounidense el 19 de julio, alegando que violaba tratados aéreos internacionales. Tras describir al incidente como una provocación, las autoridades venezolanas denunciaron que tres días después ocurrió una nueva incursión de una aeronave estadounidense y subrayaron que en lo que va del año se han registrado 78 violaciones al espacio aéreo venezolano por parte de tales aviones.
Los entredichos sobre los vuelos tienen lugar en momentos en que ambos países mantienen tensas relaciones. Estados Unidos lidera un grupo de más de 50 países que reconocieron al líder opositor venezolano Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. En los últimos meses, Washington ha impuesto, además, sanciones severas contra funcionarios del gobierno de Maduro y sus empresas.
Venezuela atraviesa una crisis política y económica sin precedentes, que ha alentado la salida de unos cuatro millones de venezolanos hacia otros países. El Comando Sur ha participado en esfuerzos estadounidenses de llevar alivio y ayuda humanitaria a la población y a los refugiados venezolanos.
Faller se negó a ofrecer detalles sobre cuántos vuelos de reconocimiento ha realizado hasta ahora Estados Unidos, pero dijo que todos han sido en espacio aéreo internacional y “completamente de acuerdo con todas las normativas”.
Sostuvo que los militares estadounidenses trabajan de cerca con aliados fuertes como Colombia y Brasil, para compartir información de inteligencia, realizar ejercicios y entrenamientos conjuntos. Reservado al momento de ofrecer detalles o explicaciones, el militar añadió que le corresponde al gobierno del Presidente Donald Trump, y no a él, decidir la política hacia Venezuela, pero destacó que es “desafortunada” la influencia que Rusia y Cuba están ejerciendo sobre Maduro.
“Vemos a estos invasores, Cuba y Rusia, apoyando a Maduro y es una situación muy difícil para la seguridad, para la gente”, indicó Faller, el jefe militar encargado de Latinoamérica y El Caribe.
Tras una larga ceremonia de presentación del buque de guerra Paul Ignatius de la Marina estadounidense, explicó que todo lo que hace Estados Unidos manda un mensaje claro al mundo y a Latinoamérica. Dijo que, con el nuevo barco, ese mensaje es que se busca la paz ante todo.
Pero es también un mensaje de que “si tenemos que combatir, estamos listos para combatir, y estamos listos para ganar”, expresó Faller.