El cambio climático es hoy un tema crucial para el futuro de la humanidad y plantea diversos retos a la Seguridad y Defensa. Sus efectos pueden ser cada día más violentos como más frecuentes. Ejemplos en el mundo abundan en los últimos años. Sin ir más lejos, el inédito tornado y las trombas marinas que afectaron la zona centro sur de chile a fines de mayo grafican lo aseverado.
Los patrones del comportamiento climático se encuentran en preocupante cambio y la ciencia oficial no ha terminado de entender todas las causas e implicancias que tienen estas transformaciones para el planeta. Sí sabemos que uno de los principales responsables es el aumento de los gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles.
Yokohama 1994, el Marco de Acción Hyogo 2005-2015, el Marco de Sendai para la reducción de catástrofes, París 2015, la Agenda 2030 de la ONU, representan esfuerzos de un mundo que cada vez toma mayor conciencia de este fenómeno.
En efecto, en las últimas dos décadas, el número de desastres se ha duplicado de 200 a más de 400 al año, donde nueve de cada diez se relacionan con el clima actual. Chile, según reciente informe ONU, es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, por su posición geográfica y ser parte del cordón de fuego del Pacífico.
En este panorama de múltiples riesgos y amenazas, la Defensa está llamada a cumplir un papel relevante.
El Plan de Acción Nacional de Cambio Climático 2017-2022, contiene 16 objetivos específicos y 30 líneas de acción, las que se materializan en 96 medidas, incluyendo objetivos hacia la Política de Defensa para el cambio climático. Esta contiene la variable estratégica; medidas de mitigación y de adaptación e implementación de programas para el cambio climático; creación de unidades de cambio climático y la participación en el programa “Huella de Chile” del Ministerio de Medio Ambiente, que premia a quienes disminuyan la huella de carbono, la promoción temática en cooperación internacional; su inclusión en el Libro de la Defensa Nacional y la obligación de informar y gestionar sus emisiones de gases de efecto invernadero.
En el caso nacional, la Defensa juega un rol prioritario en la prevención, preparación y mitigación, asumiendo el control cuando se ha decretado un estado de excepción constitucional. El empleo de los medios del Estado y el perfeccionamiento de capacidades estratégicas polivalentes constituyen elementos esenciales para la gestión institucional de las catástrofes, crisis o emergencias.
Ante las amenazas que presenta el cambio climático, las capacidades institucionales deberán responder a un contexto de incertidumbre y adaptabilidad, que obliga a disponer de organizaciones y medios multipropósito y polivalentes, para desempeñar cometidos diversos, así como potenciar la resiliencia.
Podemos afirmar que las FFAA son las únicas con suficiente capacidad y recursos humanos para reaccionar como se requiere ante una catástrofe. En efecto, ellas han tenido que responder a numerosos desastres producto del cambio climático. Regionalmente, han debido actuar en distribución de agua, combate a la proliferación del Sika, búsqueda de víctimas por inundaciones, y combate de incendios forestales, como los que afrontamos en chile y que afectaron a varias regiones. La experiencia enseña también que la cooperación internacional es clave. No es cosa de uno o de algunos países, es global. Ninguno puede enfrentarlo solo.
Debido a la intensificación del cambio climático, el mundo podrá verse afectado por la escasez de productos esenciales y agua; aumento de la demanda mundial por energía, transporte y alimentación; migraciones descontroladas, todo lo cual incidiría en el aumento de conflictos armados, según un reciente estudio de la Universidad de Stanford publicado en Nature, debiendo por tanto la Defensa asumir un rol de protección de fronteras y ayuda humanitaria, entre otras misiones.
El cambio climático llegó para quedarse y nos afectará a todos.
Chile está jugando un rol destacado en este importante ámbito. Junto con ser anfitrión de la COP–25 entre el 2 y 13 de diciembre, bajo el lema “Tiempo de actuar”, nuestro país pretende ser “carbono neutral” al 2050, poniéndose a la vanguardia en el mundo.