“Santiago, junio 8 de 1880. Señor Ministro de la Guerra: ¡Viva Chile! Arica asaltado y tomado a la bayoneta. Todos los fuertes en nuestro poder. «Manco» a pique. Nuestra escuadra fondeada tranquilamente en la bahía. Los honores de la jornada corresponden a los regimientos 3º y 4º de Línea. Felicito al Gobierno y a la nación por el triunfo más glorioso y completo alcanzado en la presente guerra por nuestro invencible ejército. Voy a comunicar. LYNCH.”, reseñaba el telegrama oficial recibido en Santiago a las 11:10 de la mañana el 8 de junio de 1880, casi 24 horas después que las tropas chilenas comandadas por el coronel Pedro Lagos, que batió a todas fuerzas peruanas apostadas en el el fortificado Morro.
Así durante la noche del 6 de junio y el 7 de junio, se viene realizando una emotiva ceremonia cívico-militar en Arica que año a año rememora el combate que culmina con el izamiento de la bandera chilena en la cima del Morro. Este año la celebración fue encabezada por el ministro de Defensa Alberto Espina y por el comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez.
La versión histórica del combate
El historiador Gonzalo Bulnes relata este episodio clave para la victoria final de Chile en el conflicto de 1879 iniciado por Perú y Bolivia: “Lagos dispuso el ataque en esta forma. Un regimiento, sin nombrar cual, caería de sorpresa sobre el fuerte «Este» colocado a la izquierda del sitio en que estaba el campamento chileno; y otro sobre el fuerte «Ciudadela», situado a la derecha en la cuchilla que conducía al Morro. Este cuerpo debía fraccionar su tropa dedicando uno de los batallones a apoderarse del fuerte mismo; el segundo a tomarse las zanjas y reductos sucesivos que cubrían el sendero que conducía al Morro. El tercer regimiento serviría de reserva, manteniéndose equidistante de los que marchaban al ataque. La caballería, que no tenía papel en un asalto de fortificaciones, quedaría a retaguardia cuidando los pasos por donde los peruanos podían retirarse o fugar.”
El asalto finalmente se hizo principalmente desde el lado este del Morro, en el cual se situaban los fuertes más difíciles de atacar. La acción fue realizada mayoritariamente por los regimientos 3º y 4º de Línea. Esto necesitó, además de una cuidadosa planificación, del valor de los oficiales, de los clases y de la tropa, quienes demostraron un heroico comportamiento, lo cual quedó reflejado en la gran cantidad de bajas que hubo entre ellos. Los chilenos debieron proceder muy rápido, antes que los jefes peruanos optaran por hacer estallar todo el sistema de minado de la plaza; esto último no ocurrió, con lo cual se evitó que toda la plaza entera saltara por los aires, produciendo una gran pérdida de peruanos y chilenos. La resistencia de los primeros fue ejemplar, destacando la conducta heroica del jefe de la plaza de Arica, coronel Francisco Bolognesi, quien falleció en este hecho de armas, junto a muchos de sus oficiales, clases y soldados. La determinación de aquel jefe peruano de no rendirse quedó plasmada en el siguiente telegrama enviado unos días antes de esta batalla: “Arequipa, junio 5 (noche). Señor Prefecto de Ica: Sírvase V. S. trasmitir a S. E. el Jefe Supremo lo que sigue: «Con esta fecha recibo telegrama de Arica. «Prefecto Arequipa: Parlamento enemigo intima rendición. Contesto, previo acuerdo de los jefes: ‘Resistiremos hasta quemar el último cartucho.’ BOLOGNESI.”.
Hoy quiero rendir un sincero homenaje a quienes con coraje dieron su vida por esta noble tierra, e invitar a todos a celebrar la conmemoración del 139° aniversario del Asalto y Toma del Morro de #Arica ¡QUE VIVA ARICA Y SU GENTE! 🇨🇱 #7DeJunio #AricaSiempreArica #MayorEsMiLealtad pic.twitter.com/o6mZ1ep8Qy
— María Loreto Letelier (@MLoretoLetelier) 7 de junio de 2019
139° Aniversario de una «gesta conjunta»
En la noche del 6 de junio se conmemoró el hecho de armas, con un responso, el que dio paso a la
representación histórica del 7 de junio de 1880, con 223 efectivos de la Brigada «Rancagua» e
integrantes del ballet de la Universidad de Tarapacá y, finalmente, el izamiento del Pabellón Nacional.
Por su parte, el Comandante en Jefe del Ejército transmitió un mensaje “como el infante más antiguo
del Ejército en servicio activo, los llamo a no olvidar el camino por el cual debe transitar el Ejército de
Chile, cuál es el sentido del ingreso de cada uno de nosotros a una institución tan noble como es el
Ejército de Chile”, en alusión al compromiso de servicio al país.
Este año, el Comandante en Jefe de la VI División del Ejército de Chile, general de Brigada René Bonhomme S., homenajeó en su discurso a quienes fueron los protagonistas de la gesta, relatando la conquista del peñón, como reflejo de valentía y «de la integración del conjunto y el trabajo coordinado que permitió el éxito de la maniobra». Recalcó además que esta impronta de liderazgo debe estar presente en cada chileno.
El ministro Espina al recordar grandes batalla de la historia de Chile y del Ejército, destacó que los soldados juran morir por la Patria, «un acto de nobleza que reconocen todos los chilenos», por lo que agradeció a las familias de quienes sirven la institución, cerrando sus palabras con «felicitaciones, siéntanse orgullosos de servir al Ejército de Chile y a nuestra Patria».
en el desfile del 7 de junio, participaron batallones de infantería de la Brigada Motorizada N°4 “Rancagua”, Brigada Motorizada N°24 “Huamachuco” y de la 1ra. Brigada Acorazada “Coraceros” y 2da. Brigada Acorazada “Cazadores”, sumando cerca de mil efectivos. Le siguieron organizaciones de la comunidad de Arica, como el Círculo
de Descendientes de Héroes de la Guerra del Pacífico, Cruz Roja, entre otras organizaciones civiles.
La celebración en Perú y el olvido chileno
La derrota peruana en Arica, que signficaría la pérdida de la guerra, es recordada con fervor en el Perú, que dedica este día al «Aniversario de la Batalla de Arica» y la «Renovación del Juramento de Fidelidad a la Bandera«, ceremonia que es encabezada por el Presidente peruano, lo que no ocurre en Chile, siendo que es una vitoria que marca un hito para las armas de chilena y que cada año va pasando al olvido.
En su discurso el Presidente Vizcarra destacó el ejemplo y el «legado del coronel Francisco Bolognesi y de los peruanos defensores del Morro de Arica, quienes ofrendaron sus vidas en defensa de la Patria ante un enemigo superior, durante la Guerra del Pacífico (…) al inmolarse, Bolognesi y sus hombres les dieron al Perú símbolos nacionales y el aliento para el alma colectiva del país».
