El senador independiente por Valparaíso, Kenneth Pugh, en conversación con INFOGATE.CL admitió que como sociedad estamos inmersos dentro de una crisis de credibilidad de las instituciones, luego de conocerse los distintos casos de fraude al fisco en Carabineros y el Ejército, a lo que se suma lo que afecta a los fiscales de la Corte de Apelaciones de Rancagua y los cuestionamientos a distintos estamentos públicos como el Congreso.
En ese sentido, el legislador sostuvo que la crisis actual se refiere a problemas que afectan personas y por lo tanto deben ser ellas las que deban responder ante la justicia, pero lamentablemente al estar insertos dentro de una institución es ésta la que al final se ve perjudicada.
“La crisis de credibilidad de la institucionalidad por lo que hemos visto responde a personas y tenemos que enfocarnos en los problemas de las personas y no hacerlos o asociarlos a las instituciones, porque la institucionalidad chilena es tan solidad y las personas pasan, pero las instituciones quedan”, explica.
E insiste en que las dificultades que hemos conocido en el último tiempo son situaciones particulares que están asociadas a personas y, por lo tanto, “son ellas las que tienen que responder y para eso está la justicia”.
También llamó a la prudencia a quienes buscan generar un conflicto innecesario y “por eso cuando existen estas crisis de confianza tenemos que hacer lo que sea necesario para recuperarla y ésta se recupera con el diálogo, que es fundamental para buscar los puntos de acuerdo y en el Senado debemos respetar estos acuerdos políticos, porque le dan estabilidad al país a pesar que a algunos no les guste”.
En ese orden, el senador Pugh afirma que las instituciones se ven afectadas solamente cuando se apartan del marco jurídico de la cual fueron diseñadas y “es por eso que debemos entender que cuando uno se aparta de la Constitución o de las leyes, que definen la institución, estamos en una crisis de confianza”.
“Las instituciones no entran en crisis por las personas, las personas que son responsables de sus actos, por lo que tienen que responder sobre ellos y son los que en este momento están cuestionados”, precisó.
Sin embargo, afirma que lo que estamos viviendo lo que se denomina “crisis orgánica” y por eso “tenemos que confiar en las instituciones, en la institucionalidad, en los marcos jurídicos en nuestra legislación y cumplirlas”.
Finalmente, sostiene que la legislación tiene que actualizarse para poder hacerse cargo de estos desafíos que a su juicio no son del futuro, sino que son del presente y en ese sentido “los legisladores tenemos una tarea importantísima y probablemente la ciudadanía no lo ve, no lo aprecia”.
Lo cierto es que la mala evaluación ciudadana transversal a la actividad parlamentaria refleja el distanciamiento entre los parlamentarios y la ciudadanía y el país real, que ellos -los senadores y diputados- parecieran desconocer o como dice la gente «viven en otro mundo», un mundo que para el común de los ciudadanos es un mundo de confort arrullado por altísimas asignaciones financiadas por los impuestos de todos los chilenos, y en este ambiente de desprestigio constante, se diluye la verdadera actividad parlamentaria que es legislar.
