El sacerdote jesuita Pablo Walker lanza una dura crítica al cuestionado y fallecido cura Renato Poblete, quien fue denunciado de abusos en contra de una joven a quien la utilizó como “esclava sexual”, al que no considera como un “prócer” de la solidaridad en Chile.
“Renato Poblete no era un prócer. Era un compañero jesuita que merece todo el respeto, pero no considero que fuera el inspirador de la provincia chilena, ni de la Compañía de Jesús, habiendo hecho importantes aportes”, señala en una entrevista a La Tercera.
Sobre el crudo relato que hizo la víctima de Poblete, la teóloga Marcela Aranda, de lo que le ocurrió con el fallecido religioso, Walker expone que “lo que más me dolió no era lo morboso, lo escabroso de una violación colectiva, sino la manipulación de una persona para convertirla en esclava sexual. Eso me hizo llorar”.
El sacerdote señala que no es posible que la ley canónica ordene a un obispo o superior ser pastor y juez al mismo tiempo porque “da mucho poder, pero, además, no da garantía a las personas que concurrían buscando auxilio. Ahí hay un error. Y hay que repensar cómo se hace para asegurar la imparcialidad y credibilidad”.
Walker también expone que desde que llegó la denuncia de Marcela se encuentran en un segundo momento, pero “también tenemos que revisar los modos de recibir otras denuncias respecto de Jaime Guzmán, de Leonel Ibacache. Entones, es urgente revisar nuestra calidad de escucha y acogida. Ese proceso empezó en agosto del año pasado”.
Asimismo, precisa que es necesario recuperar la credibilidad en el sentido de “haber tomado partido por las víctimas, los sobrevivientes, sus familias, sus comunidades, otros abusados de hoy día que todavía están invisibilizados”.
Incluso más, menciona que los casos que se han conocido y que involucran a Poblete son “más graves que los de Karadima”.
“Son hechos siniestros, difíciles de nombrar. Yo lo observo con estupefacción y creo que lo que cabe es abordar esto con responsabilidad. No basta la emotividad. Se requiere decir: “¿Quiénes propiciaron esos abusos colectivos? ¿Quiénes estaban ahí? ¡Quiénes sabían de esas situaciones de aborto? ¿Quiénes sabían de una relación en la que se somete a la esclavitud sexual a una joven? Eso es lo que interesa ahora”, concluye.