Este martes 30 de abril de 2019 se concretó la firma del convenio de colaboración entre la Conferencia Episcopal de Chile y el Ministerio Público, en un claro intento -de pase de la desprestigiada Iglesia- por recuperar la confianza pública perdida luego de los oprobiosos casos de abusos de todo tipo cometidos por cardenales, obispos, curas, frailes y religiosos.
El secretario general del Episcopado, obispo -tambièn cuestionado- Fernando Ramos valoró el convenio como la expresión de la reciprocidad de una confianza entre instituciones unidas por una misma causa. «Un paso que nos desafía en el trabajo para ofrecer cada vez mayores garantías a las víctimas».
El texto señala textualmente que «El objeto del Convenio es favorecer el intercambio de información concerniente a investigaciones pasadas, presentes y futuras respecto de delitos de carácter sexual cometidos por clérigos diocesanos en contra de niños, niñas o adolescentes, o de personas en situación de discapacidad al momento de los hechos, protegiendo la confidencialidad solicitada por las personas que han acudido a la CECh», tema garantizado por el Ministerio Público en el mismo Convenio.
En la ceremonia participaron el secretario general de la CECh, obispo Fernando Ramos, y el fiscal nacional, Jorge Abbott. Por el Consejo nacional de abusos y acompañamiento a víctima participaron su presidenta Ana María Celis y el obispo Juan Ignacio González. También se hicieron parte los representantes de las congregaciones Maristas, Salesianos y el Instituto Padres de Schoenstatt.
El obispo Fernando Ramos señaló que «cuando se trata de buscar la verdad y justicia en delitos de abuso sexual a menores de edad, el Ministerio Público y la Iglesia Católica no somos contrapartes sino colaboradores, porque nos anima la misma meta. Al menos desde la Conferencia Episcopal, con la adhesión de todos los arzobispos y obispos diocesanos, así como los administradores apostólicos equiparados en derecho, hacemos nuestro lo que se establece en el Convenio que hoy firmamos y, al haber aprobado que este sea un anexo a las Líneas Guía «Cuidado y esperanza» del año 2015, este convenio rige para todas y cada una de las jurisdicciones eclesiásticas de Chile».
Luego de la firma, el obispo Ramos destacó que este es un convenio muy novedoso a nivel mundial. Agregó que las autoridades de la Santa Sede lo miran con atención, porque esto puede servir para iluminar otras realidades.
Por su parte el Fiscal Abbott opinó que «el trabajo colaborativo de ambas instituciones nos permitirá cumplir lo que la gente espera de nosotros» y, en concordancia con el Secretario General de la CECh, planteó que este convenio puede servir de referente en otros países.
Cabe destacar que este convenio entró en vigencia desde el momento de su firma.